Trump impone aranceles del 25% a los coches no fabricados en EEUU

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles la imposición de aranceles del 25% a todos los automóviles no fabricados en territorio estadounidense. Esta medida, que busca fomentar la reindustrialización del país, se enmarca dentro de una estrategia comercial más amplia que será revelada el próximo 2 de abril, fecha conocida como el “Día de la Liberación”.

Una decisión repentina con gran impacto

Fiel a su estilo, Trump tomó la decisión de manera inesperada. La noticia fue adelantada por la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, y ha generado gran inquietud en la industria automovilística. La medida llega en un contexto de controversia nacional, marcado por la reciente filtración de información sobre un chat de guerra en Signal.

Antecedentes y concesiones previas

Desde febrero, Trump venía advirtiendo sobre su intención de gravar la importación de productos farmacéuticos y microprocesadores, además de los automóviles. En marzo, tras la implementación de aranceles del 25% a las importaciones desde México y Canadá, la administración concedió un aplazamiento temporal a los fabricantes de automóviles estadounidenses, como Ford, General Motors y Stellantis. Sin embargo, esta tregua solo aplicaba a vehículos bajo el tratado T-MEC, el cual ahora parece estar en riesgo.

Consecuencias económicas y comerciales

La industria automotriz estadounidense podría enfrentar pérdidas significativas, ya que gran parte de sus piezas y componentes provienen del extranjero. Según el Centro de Investigación Automovilística, esta política podría aumentar el precio de los vehículos en miles de dólares, afectando las ventas y poniendo en peligro miles de empleos.

En 2024, Estados Unidos importó 474.000 millones de dólares en productos automovilísticos, de los cuales 220.000 millones correspondieron a la compra de coches. Entre los principales proveedores de estos productos están México, Japón, Corea del Sur, Canadá y Alemania, todos ellos países aliados de EE.UU., lo que podría generar tensiones diplomáticas.