Este belén quiere ser como la tapa gigante de pulpo

NAVIDAD EN O CARBALLIÑO

Los vecinos de la Plaza de la Barronca, en O Carballiño, elaboran desde 2019 su propia decoración navideña con materiales reciclados, y este diciembre planean ampliar cada año su aldea de figuritas de arcilla hasta ocupar todo el espacio

La decoración navideña de este año hecha por los vecinos de la Plaza de la Barronca.
La decoración navideña de este año hecha por los vecinos de la Plaza de la Barronca. | B. M.

La ilusión que despierta la Navidad hace que diciembre se sienta como un mes diferente. Hay algo casi mágico en salir a la calle y ver las ciudades transformadas, vestidas de gala para recibir las fiestas. Pero la tradición no es lo mismo que monotonía: cuando todo a tu alrededor se mantiene igual cada temporada navideña, parece que no hace falta cambiar ni el traje ni el vestido, y esa ilusión, un poco, se pierde. Al menos, ese fue el pensamiento que tuvo la carballiñesa Conchi Soto hace seis años.

No es que no le guste la Navidad. Le encanta tanto que extraña la emoción de cuando era niña y en su casa armaban el clásico belén. “Lo echo de menos”, confiesa, recordando cuando la decoración realmente le transmitía el encanto de estas fechas. Según ella, “ahora se decora por decorar”, con adornos comprados de los que todo el mundo está harto. Ya no le resulta divertido salir: “Cuando lo has visto todo, no hace falta volver a ver lo mismo al año siguiente”.

Estaba convencida de que esta época se había convertido en una fiesta sin propósito, en teoría pensada para compartir con familia y amigos, pero, en la práctica, un compromiso que había perdido su razón de ser. Deseaba hacer y encontrarse con algo diferente, y el golpe de suerte le llegó un día inesperado del 2019. Al cruzar el portal de su casa, vio la placeta vecinal y pensó en lo bonita y vacía que estaba. Salió un vecino, unas palabras de cortesía y un adiós; cada uno siguió su camino, y posiblemente hasta la mañana siguiente no se volverían a cruzar. “Sé que la Navidad no era eso, olvidarse de los otros y no aprovechar las cosas bonitas que tenemos”. Así se le encendió la bombilla: si la Navidad había dejado de ser especial, ella misma la haría especial.

Conchi Soto: “Pensé que nosotros podíamos hacer de O Carballiño un sitio más atractivo y personal”

Gracias a varios reportajes periodísticos, Conchi descubrió que mucha gente elaboraba su propia decoración navideña, y se inspiró en estas iniciativas. “Me llamó la atención que en muchos lugares se llevaran a cabo acciones así y pensé que nosotros podíamos hacer de O Carballiño un sitio más atractivo y personal”, señala, razón por la que no dudó en convocar a sus vecinos para poner en marcha algo similar.

Siendo sólo siete, logró convencerlos de trabajar juntos para embellecer el entorno de sus casas, la Plaza de la Barronca, ubicada detrás del Ayuntamiento. Todo lo construyen con materiales reciclados y para las figuras usan arcilla que pintan a mano. Este año, como novedad, recrearon en pequeño el árbol de luces de la Plaza Mayor con arcos y telas de gallinero.

También se han propuesto construir una aldea que recorra todo el espacio y ampliarla un poco cada año: “Queremos imitar la tapa gigante de pulpo, pero en versión belén”. Y con el entusiasmo y las ganas que tienen, no es imposible que consigan hacer realidad esta meta y dejar su propia huella en la comarca (tal como lo han hecho las pulpeiras).

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