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La iglesia parroquial de Santa Mariña de Abelenda, en Avión, estrena un nuevo retablo en el altar mayor. El anterior había sido retirado en 1965, junto con las hornacinas de los laterales y la urna yaciente, después de un incendio provocado por las velas en 1963.
Toda la parroquia se ha volcado con sus donativos para la construcción de este nuevo retablo, tanto residentes como emigrantes, juntando los 60.000 euros que costó.
El retablo anterior databa entre el año 1670 y 1681 y costó 698 reales que fueron pagados en varios años, siendo policromado en el año 1736, a lo que se destinaron 2.800 reales. El nuevo fue encargado por la parroquia al ebanista José Luis Pérez Rivera, de Gomesende, especializado desde hace 25 años en mobiliario de iglesias, quien asegura que “era un poco más pequeño que el actual ya que solo tenía tres calles no llegando a las paredes laterales del presbiterio, dejando espacio para imágenes laterales en peanas lisas”. De él se conserva una foto de 1953 en el archivo de Orense y otras tres de la misma época que tiene un emigrante en México y de cuya imagen obtuvo la idea el diseñador del nuevo retablo, Enrique Pérez, de Soutelo.
La parroquia contrató la obra en 2019 a Pérez Rivera, que talló el retablo totalmente a mano, realizado en madera de castaño, secada a la intemperie durante años y que estuvo bañada en aceite de linaza.
El retablo ocupa 6,50 metros de ancho, por casi 7 metros de alto, con profundidades que varían desde 1,20 metros en el fondo para terminar en medio metro en el ático con cierre de nube con rayos y la representación del Espíritu Santo. Aunque el retablo antiguo solo poseía tres calles, el actual tiene 5, con banco, predela, 2 cuerpos y ático; con un total de 14 columnas salomónicas.
El nuevo retablo se ajusta al estilo neoclásico, con pinceladas barrocas. “Ese estilo mantiene la sencillez y la claridad de las amplias hornacinas acabadas en arcos de medio punto, con la robustez que le aportan las 14 columnas salomónicas terminadas en capitel”, apunta José Luis Pérez Rivera. También fue policromado en los talleres de restauración de Adolfo Garrido, en A Manchica. Añade que “el dorado con pan de oro se hizo al antiguo estilo sisa y el anagrama de María en forma de pergamino, que ocupa el centro del bajo mesada, es un estofado de plata con yema de huevo”. El retablo acaba de ser entregado a la parroquia y Pérez Rivera reconoce que “no es algo habitual construir uno nuevo, lo normal es restaurar los ya existentes, aunque yo ya he hecho 13, más en la provincia de A Coruña”.
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