La casa de don Paulino Abraldes

Ribeiro, imágenes con historia

Casa de don Paulino Abraldes en el Concello de Ribadavia. (Museo Etnolóxico)
Casa de don Paulino Abraldes en el Concello de Ribadavia. (Museo Etnolóxico)

Cuando las obras de la carretera Villacastín Vigo a su paso por la villa estaban terminadas, la zona de la fuente de La Plata de donde partía el camino hacia A Franqueirán y Carballeda, se configuró como la conexión natural de la población intramuros con el nuevo vial.

Conocida en la documentación municipal como La Pescadería, por el puesto público allí ubicado desde 1850 (…) Para la venta del pescado como igualmente de las frutas y legumbres, pronto destacó como lugar de mercadeo y concurrencia, circunstancia que junto a la inmediatez del Progreso, fue determinante para el establecimiento del comercio y la banca

Corría el año 1893 cuando el ribadaviense Paulino Abraldes encarga los planos de su casa a don José Martínez, director del Colegio de Segunda Enseñanza, como informa el hebdomadario El Obrero: El maestro de Obras Públicas, sr. Martínez, terminó los planos de la elegante casa que embellecerá “La Pescadería” y que se propone construir el acaudalado comerciante sr. Abraldes.

Una vez concluido el edificio instaló en su bajo un comercio de tejidos, que compaginó (…) con giros de letras, cambio de monedas y pagos de letras de todas las Américas, como se anunciaba en la prensa local. En aquellos años La de d. Paulino, como se conocía popularmente la firma comercial, era, junto a la veterana banca Nogueira, la encargada de canalizar el capital procedente de la emigración con destino al Ribeiro.

La elegante casa, como relata el citado semanario (…) acredita una vez más el gusto artístico de d. José Martínez, el autor de su diseño, lo que concitó el agrado de vecinos y visitantes que felicitaban a sus propietarios y moradores, don Paulino y su esposa doña Amelia Mera.

Los escaparates del establecimiento, por el esmero de sus composiciones, eran muy concurridos. Allí, con las últimas novedades del género, se exhibían, artísticamente combinadas, las palmas para la procesión del domingo de Ramos, junto a los acreditados chocolates de Lebosende. Prueba de ello es el premio que ganó en el concurso convocado por la comisión de fiestas del Portal en 1911, cuando (…)mereció especial mención el de Paulino Abraldes que reprodujo fielmente el puente de San Francisco con ovillos y carretes.(…) También fueron muy visitados y elogiados los escaparates de García Boente, en la calle Eduardo Chao.

En 1921 La Región informaba del pavoroso incendio que redujo a cenizas la vivienda del acaudalado ribadaviense, lo que despertó las alarmas entre sus muchos conocidos, quienes se interesaron por el siniestro, que no afectó al inmueble de La Pescadería sino a otra propiedad sita en la calle Cesáreo Rivera (san Francisco), provocado por un indigente que pernoctando en una cuadra contigua, se ayudaba de una vela culpable de la desgracia. El indigente salió en ropas menores gritando auxilio, al que acudieron los vecinos que sofocaron las llamas; las pérdidas se cifran en 35.000 pts.

La presente imagen datada a principios del pasado siglo, cedida gentilmente por el Museo Etnolóxico, nos muestra la zona de La Pescadería con la casa de don Paulino que se mantiene in situ, y las instalaciones municipales inmediatas a la fuente de La Plata, destinadas a la venta de alimentos. En primer plano, y dejando patente el desnivel entre la calle de Los Pulpos (Riego de Agua) y la Carretera, está el solar de la esquina donde en 1945 se inauguró la definitiva oficina de la Banca Nogueira.

Don Paulino permaneció en su banca-comercio hasta 1919, cuando la traspasó a Marcelino Montero Buceta, que la mantuvo hasta 1928 cuando la vende al Banco Pastor, que inició su actividad en el mismo bajo del señor Abraldes, trasladándose posteriormente al Progreso.

Los anuncios de la nueva firma bancaria, Sobrinos de José Pastor, señalaban en su dirección Zona de La Pescadería, junto al nombre oficial de la rúa dedicada ahora a Salgado Moscoso (nº 2); un reconocimiento institucional al vecino que en 1716 dispuso en su testamento que las rentas de sus bienes, tras su fallecimiento, pasaran a engrosar los de la fundación del hospital local, que desde mediados del siglo XVI, bajo el nombre de Nuestra Señora de Los Ángeles, desempeñaba las funciones sanitarias en la villa de Ribadavia.

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