Cantón, el defensor de la memoria de Vázquez-Gulías

El experto en la obra del arquitecto Vázquez-Gulías ejerció de guía de la muestra que se acaba de clausurar en Defensa

José Francisco, en la escalinata de la Subdelegación de Defensa.
José Francisco, en la escalinata de la Subdelegación de Defensa. | Miguel Ángel

Licenciado en Arquitectura, y formado además como técnico en carpintería japonesa, José Francisco Cantón, venezolano hijo de ourensanos de Pereiro de Aguiar, vuelve a sus raíces para convertirse en uno de los valedores de Daniel Vázquez-Gulías, del que se convirtió, una vez retornado, en experto conocedor y divulgador en nuestra tierra. “Mi descubrimiento de este arquitecto excepcional se produjo a partir de un curso en la Universidad Popular, en una visita a cuatro edificios emblemáticos, quedé prendado”, comenta. “Con el tiempo me convertí en un fanático, mientras los carteros entregaban la correspondencia yo me colaba en estas construcciones para verlas por dentro”, confiesa.

Narra José Francisco que en el interior de uno de esos edificios residenciales, un día mantuvo una conversación con una vecina que no sabía ni la autoría del edificio en el que vivía, ni lo que era un bien patrimonial… “Tampoco demostró mucho interés en informarse al hilo de mis revelaciones”, comenta, a modo de ejemplo, de esta falta de sensibilización hacia el gran arquitecto ourensano.

Opina José Francisco respecto a la conservación de la obra de Gulías en Ourense, que la cuestión deriva en hacer entender a todos los agentes la importancia de nuestra riqueza arquitectónica. “Cultivar al público, al ciudadano, al político y a los propietarios”, aclara.

Exposición

Con motivo de la reciente clausura de la exposición “Gulías y la Subdelegación de Defensa. Su visión de la ciudad”, el que ha sido guía durante los dos meses que estuvo a disposición del público, comparte unas reflexiones sobre el maestro arquitecto, y el impacto de su obra en Ourense. Recuperando el proyecto que ya en 2017 se exhibió en la Casa de Galicia en Madrid, la intención del Centro Cultural Daniel Vázquez Gulías es despertar la sensibilidad privada y política sobre el rescate de algunas de las obras del arquitecto que se están deteriorando.

“Cada uno de sus edificios están centrados perfectamente en los tres principios que Vitruvio estableció como fundamentales de la buena arquitectura: resistencia, funcionalidad y belleza”, explica, “cumplir con esta triada lo convierte en un legado para las generaciones sucesivas”, añade. Habla José Francisco Cantón con vehemencia, pero demostrando gran precisión tanto en el conocimiento de la obra del arquitecto de Beariz, como en la terminología que procede para explicar su grandeza.

“Para mí la arquitectura de Gulías es un hecho vigente, palpable, reconocible… de una u otra manera nunca abandonó los oficios para que fuese correcta”, declara. Explica que el gusto por el detalle le hacía siempre acompañarse de grandes profesionales de la cantería, la herrería y la carpintería. “Hoy se le llama arquitectura integral, pero esto ya lo hizo él en su tiempo… desde el tirador de la puerta, hasta el detalle del techo”, concluye a modo de ejemplo.

“La única manera de preservar la memoria de algo o alguien es divulgar”, opina Cantón, que añade a este precepto una segunda declaración más de andar por casa, pero no por ello menos interesante. “Mi abuela, que no sabía leer, ni escribir, decía que el verbo, la palabra, llega para quedarse, y se transmite de generación en generación”, queda dicho, con mucha pasión y afán proselitisa, de boca de José Francisco, arquitecto experto en la obra de Vázquez-Gulías.

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