Denuncia una detención ilegal en O Barco y se desdice: “Tenía ansiedad”
AUDIENCIA PROVINCIAL
La mujer, vecina de O Barco, recabó el auxilio policial por violencia de género cuando el acusado se fue a trabajar
María, una joven vecina de O Barco, a las 09:45 horas del 22 de septiembre de 2023 se presentó como víctima de malos tratos. Entonces, recabó el auxilio policial a través de la App de la Guardia Civil y la Policía Nacional AlertCops. Este miércoles, también de mañana, quitó hierro al incidente en el juicio que sentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Ourense a su pareja, Leone T.D.S.J.
La supuesta víctima activó la alerta online y a través de notas por debajo de la puerta -tiene una deficiencia auditiva- le comunicó a la Guardia Civil que su novio la había encerrado en la casa, tras irse a trabajar a una cantera a las siete de la madrugada, para evitar que abandonase el domicilio.
Un día antes, según relató en ese momento, habían discutido y le había pegado dos patatas y un puñetazo en la rodilla derecha. También relató insultos, pero este miércoles quedaron en el olvido. Como el resto del relato. La perjudicada negó los golpes y quitó importancia al encierro. Solo tenían un juego de llaves y el inculpado aclaró que ese día él pensaba hacer otra copia. “Ella no quería salir de casa porque tenía miedo de su pareja anterior y quedé yo encargado de hacer la copia”, aseguró Leone.
La explicación de por qué la mujer llamó a la Guardia Civil no convenció a la fiscal que mantuvo la acusación por detención ilegal y lesiones en el ámbito de la violencia de género . En total, reclamó cuatro años de cárcel. La supuesta víctima asegura que sufre ansiedad. “Me puse nerviosa al ir a tirar la basura y ver que no podía abrir la puerta”, explicó. Los agentes la acompañaron al centro médico por las lesiones en la rodilla y cuando le tocó declarar en el juzgado de O Barco quiso dar marcha atrás. “No es cierto que me encerrase y me pegase, solo tuvimos una discusión”, aseguró este miércoles nuevamente por medio de una videoconferencia desde los juzgados de Ponferrada (León).
Tres agentes del Instituto Armado fueron unánimes a la hora de declarar que la mujer les aseguró que tramitaron el atestado como un caso de violencia de género por las declaraciones de la denunciante. Acudieron a la cantera de Vilamartín en la que Leone trabajaba para detenerlo y que le entregase la llave con la que poder liberar a su pareja. Tuvieron constancia de las supuestas lesiones por las manifestaciones de ella y por eso la condujeron al médico. El forense la vio compatible con su relato inicial. Uno de los guardias civiles incluso precisó que la perjudicada les relató que el acusado tenía cámaras en el interior de la casa y se sentía vigilada.
El inculpado aseguró que los golpes fueron accidentales cuando adecentaba la cama y ella se golpeó con una esquina. En cuanto al hecho de cerrar la puerta con llave, no le dio importancia. Él no regresaba al domicilio familiar hasta la siete de la tarde, pero su novia, según su versión, no salía de casa. “Se levantaba tarde y después quedaba en casa jugando a la consola, comiendo palomitas …”.
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