El “desorden” no hizo puente en Valle Inclán

DISCOTECA DE OURENSE

Los vecinos de la calle ourensana de Valle Inclán se quejan de cuatro noches de infierno, entre orines y ruido

El “desorden” no hizo puente en Valle Inclán | La Región

Para la gran mayoría de los ourensanos, el puente de la Constitución fue sinónimo de descanso y desconexión. Sin embargo, para los residentes de la calle Valle Inclán y el entorno de Ramón Cabanillas estas fechas en cuatro noches de calvario. La reapertura del ocio nocturno en la zona, focalizada en la discoteca Desorden, con la licencia de 1982 y que, denuncian, no cumpliría las ratios actuales de insonorización, ha transformado la convivencia en un conflicto abierto que los vecinos califican, sin paños calientes, de “puente de pesadilla”.

Desde el jueves hasta el domingo, la actividad del local puso a prueba la paciencia del vecindario. Los afectados denuncian que el aislamiento acústico es ineficaz. En los edificios colindantes, las vibraciones de la música se sienten con virulencia incluso en las viviendas de la séptima planta.

“Desde la cama no solo sientes el retumbar, sino que puedes distinguir perfectamente las canciones y los gritos del DJ”, relata uno de los afectados, para quien ni siquiera los fármacos para dormir han surtido efecto ante el volumen alcanzado a partir de las cuatro de la madrugada.

Si el interior de las viviendas fue invivible, la vía pública ofreció un espectáculo de insalubridad y descontrol. Las imágenes captadas por los propios residentes muestran cómo la calle se ha convertido en un urinario al aire libre.

Portales, esquinas, coches aparcados y los alcorques de los árboles sirvieron de baño improvisado para decenas personas, generando un foco de suciedad y olores difícil de ignorar. A esto se suman los gritos y conatos de peleas que mantuvieron en vilo a las familias, cuyos grupos de WhatsApp “echaban humo” a las cinco de la mañana, tras las continuas llamadas a la Policía.

Con la Nochebuena y el Fin de Año a la vuelta de la esquina, el temor en Valle Inclán es que este “desorden” se cronifique. Por lo de pronto, la medición prometida por el Concello, que iba a ser este miércoles, ha vuelto a quedar suspendida.

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