Hacienda congela, otra vez, los fondos al Concello de Ourense

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Ourense es la única capital de España que se queda sin ingresos del Estado en diciembre por la inacción municipal. Ourense cierra el 2025 con la financiación estatal congelada

Fachada del Concello de Ourense.
Fachada del Concello de Ourense. | La Región

La parálisis burocrática instalada en el Concello de Ourense sigue causando extraordinarios problemas financieros. El Ministerio de Hacienda publicó este lunes las entregas a cuenta correspondientes a diciembre de 2025 y el dato es inapelable: el Concello de Ourense no ingresará ni un solo euro en el último mes del año. La ciudad se convierte así en la única capital de provincia de toda España que cierra el año con la financiación estatal congelada, una anomalía que no sufren ni Madrid, ni Vigo, ni ninguna otra gran urbe, y que responde exclusivamente a la falta de diligencia del gobierno de Gonzalo Pérez Jácome a la hora de cumplir con sus obligaciones legales.

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La asfixia de la tesorería municipal en este mes crítico no es una decisión política de Madrid, sino la aplicación automática de la normativa ante la inacción municipal. Según el documento de la Secretaría General de Financiación Autonómica y Local, a Ourense le correspondían teóricamente 4.755.754 euros para cerrar el ejercicio. Sin embargo, esta cantidad se ha esfumado por dos vías que evidencian el descontrol en la gestión.

El primer golpe llega por la acumulación de impagos. El Estado ha ejecutado una retención de 2.377.877 euros para compensar deudas que el Concello mantiene vivas y no ha satisfecho, y aunque no se aclaran, podían estar relacionadas con el préstamos relacionado para el pago a proveedores, ya que el Concello tuvo que someterse a este mecanismo de forma obligatoria ante sus elevadas dedudas. Es decir, la mitad de los ingresos han sido cortados por Hacienda para tapar agujeros de gestión anteriores.

Según el documento de la Secretaría General de Financiación Autonómica y Local, a Ourense le correspondían teóricamente 4.755.754 euros para cerrar el ejercicio. Sin embargo, esta cantidad se ha esfumado por dos vías que evidencian el descontrol en la gestión.

El segundo golpe, y el que confirma la parálisis administrativa, afecta a los 2,3 millones restantes. Este dinero, que constituía la liquidez real para afrontar pagos inmediatos, ha sido bloqueado en su totalidad bajo el Artículo 36 de la Ley de Economía Sostenible. Este mecanismo sancionador se activa solo cuando una entidad local incumple su deber de remitir la información presupuestaria al Ministerio. Al no haber enviado el gobierno de Jácome la liquidación o las líneas fundamentales del presupuesto de 2026 en tiempo y forma, el sistema cierra el grifo automáticamente.

Sin comparación

La gravedad de la situación se mide por comparación. El listado de Hacienda abarca todas las grandes ciudades del modelo de cesión y Ourense aparece como una excepción en solitario. Mientras el resto de capitales gallegas reciben sus transferencias con normalidad -A Coruña ingresa 11,2 millones; Lugo y Pontevedra superan los 3 millones-, la casilla de Ourense aparece marcada con una retención total.

La inacción del regidor y su equipo ha colocado a la tercera ciudad de Galicia al nivel de municipios con historiales de gestión fallida, como Parla, siendo la única capital de provincia incapaz de superar el filtro de solvencia administrativa del ministerio, algo cada vez más habitual.

El “Día de la Marmota” financiero de la era Jácome

La retención de fondos por parte de Hacienda se ha convertido en una tradición de la era Jácome, repitiéndose por tercer ejercicio consecutivo ante la incapacidad del gobierno local de romper el bucle de la burocracia. En la Navidad de 2022, Ourense ya sufrió la retención de la Participación en los Ingresos del Estado por no presentar la documentación presupuestaria a tiempo. La historia se repitió a principios de 2024, cuando el Ministerio volvió a incluir al Concello en la lista de morosos administrativos.

En aquellas ocasiones, Gonzalo Pérez Jácome restó importancia a los hechos, calificándolos de problemas “puntuales” o “técnicos” que se resolverían en cuestión de días. Lejos de ser un hecho aislado, la retención de fondos se ha cronificado como un síntoma de la falta de gestión interna. Tres años después, el Concello sigue tropezando con la misma piedra. Parece no haber nadie al volante de la planificación financiera cuando es Ourense la única capital de provincia en esta situación.

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