Una jornada de convivencia llena de juegos de ayer y hoy

Para pasarlo bien, la edad y el contexto son totalmente indiferentes. Eso quedó más que claro este jueves en el Campus de Ourense, donde más de 150 personas disfrutaron de una jornada intergeneracional con actividades de todo tipo. Estudiantes del Grado en Educación Social y Ategal (Formación Permanente e Ocio para Persoas Adultas) fueron los responsables de organizar un día que giró en torno a juegos populares, tanto de la época actual como del pasado.

Se trata de una acción que forma parte de la materia “Educación permanente”, impartida por el educador social Millán Brea y que ya cuenta con un largo recorrido, siendo una cita de referencia en el ámbito universitario y social. “Nacemos fai 22 anos para xogar e iso séguese mantendo, coa dinámica inicial de que todas e todos estamos aquí para aprender, e no caso do alumnado, para medrar como futuros educadores e educadoras sociais que son”, señala Millán Brea.

Adrián Castro, alumno de primero de Educación Social, destaca “a emoción de crear algo diferente das activades que se fan habitualmente”, haciendo hincapié en la diversidad, especialmente en lo que se refiere a las edades, de las personas que participan. Se trata, apuntó, “de plantar esa semente da convivencia” teniendo en cuenta que “sempre se empeza desde nada para crear algo”.

“Lo importante de este día es poder conocernos entre nosotros, socializar y disfrutar de la vida activa”

En este sentido, más allá de los alumnos del Campus también formaron parte de esta jornada estudiantes de ciclos superiores de formación profesional del campo social y miembros de asociaciones como Down Ourense, Provivenda y ACCEM, centrada esta última en personas inmigrantes y refugiadas.

El día empezó en la Plaza Mayor de Ourense, donde los primeros grupos participantes se acercaron para calentar motores con diferentes juegos conjuntos y leer el manifiesto que cada año se realiza en estas jornadas. Ya a media mañana, las actividades se trasladaron al pabellón de deportes del Campus. Antes de comer fue el turno para los juegos populares que los estudiantes recordaban de cuando eran pequeños, como el pañuelito, entre otros. “Lo importante de este día es poder conocernos entre todos nosotros, socializar y disfrutar de la vida activa”, aseguró Anaís Mera, otra de las alumnas de Educación Social responsables de la organización.

Tras una comida campestre, las personas mayores de Ategal tomaron el relevo para guiar a los participantes en juegos que aprendieron a lo largo de su vida, especialmente en los años 50, 60 y 70, como los platillos, el túnel y también juegos de mesa. “Recordar viejos tiempos es bueno para su memoria”, señala Mera.