El juez ve indicios de que un sacerdote de Ourense violó a dos sobrinas suyas

La Audiencia Provincial de Ourense acoge este jueves la vista para resolver un recurso de la defensa del sacerdote Francisco Manuel M. L. contra el auto de procesamiento dictado por el Juzgado de Instrucción 2 en el que la magistrada acordó el procesamiento del cura por un delito de agresión sexual continuada, un delito penado con importantes penas de prisión.

“Me decía que iba a acabar en el pozo si contaba lo que me hacía, que me iban a entrar los demonios o que se lo iba a hacer a mi hermana pequeña”, narra una sobrina

El caso se inició en noviembre de 2019, cuando una sobrina del sacerdote, ya mayor de edad, presentó una primera denuncia contra él asegurando que abusó de ella desde que era una niña hasta la adolescencia. Además, según explicó, su tío también la amenazó: “Me decía que iba a acabar en el pozo si contaba lo que me hacía, que me iban a entrar los demonios o que se lo iba a hacer a mi hermana pequeña”, relataba. Además, un informe rubricado por un forense y una psicóloga del Imelga en septiembre de 2020 constató que la joven padecía un trastorno por estrés postraumático grave y cronificado. “Los hechos narrados provocaron un daño psíquico irreparable y el discurso, desgarrador y sin fisuras, es de total certeza y credibilidad”, añadía el documento.

Sin embargo, el Juzgado de Instrucción 1 archivó la causa un año después porque había prescrito debido a que el plazo límite en los abusos se situaba en los diez años posteriores a que la víctima alcanzase la mayoría de edad. En este caso, la mujer presentó la denuncia cuando había transcurrido una década, un mes y un día desde que cumplió los 18, por lo que el juez decretó el sobreseimiento de la causa. “Al enterarme rompí a llorar porque me sentí totalmente desprotegida por la Justicia, una aberración, después del carro de mierda que dejas allí…”, aseguró la víctima sobre cómo reaccionó al conocer la noticia.

Reapertura del caso

Todo dio un giro de 180 grados tras dos nuevas denuncias a principios de 2023. En este caso, la misma sobrina del sacerdote lo volvió a acusar aportando más información -en la primera querella solo hablaba de abusos y en esta también de agresiones sexuales- y se sumó también a la denuncia su hermana menor, quien confesó que había sufrido agresiones sexuales por parte de su tío desde que tenía ocho años. Ambos testimonios permitieron reabrir el caso.

En los primeros momentos de la nueva instrucción, la jueza ya decretó varias medidas cautelares. Prohibió al sacerdote acercarse a menos de 500 metros de sus dos sobrinas ni comunicarse con ellas, le retiró el pasaporte y le obligó a realizar comparecencias quincenales en el juzgado. 

Ahora la fase de instrucción ha terminado y la jueza ya envió a la Audiencia Provincial de Ourense el correspondiente auto de procesamiento. En él, explica que hay indicios suficientes para acusar al sacerdote de un delito de agresión sexual continuado. Sin embargo, la defensa del cura presentó un recurso que se va a discutir hoy en dicho órgano judicial y se decidirá si Francisco Manuel M. L. se sienta finalmente en el banquillo de los acusados por agredir sexualmente a las dos hijas de su hermano. 

El religioso denunciado, natural de Vistahermosa, en la ciudad, fue ordenado en 1995. Tras la primera denuncia, el Obispado ordenó su retirada del ejercicio público del ministerio sacerdotal, el cura se encargaba en aquel momento de varias parroquias de Allariz. Tras el archivo de la causa, pudo volver a sus funciones en abril de 2021. 

Sin embargo, menos de dos años después, en marzo de 2023, tras las dos denuncias de sus sobrinas fue apartado nuevamente de las parroquias que tenía encomendadas -en O Carballiño- y de otros oficios y tareas pastorales que realizaba.