Un ladrón arrepentido en Ourense

CONDENADO DECENAS DE VECES

La muerte de un familiar provocó que Santiago M.P. se juntase con mala compañía, lo que le hizo caer en el mundo de las drogas y cometer varios delitos. Ahora, tras tres años, su organismo está limpio de cualquier sustancia y él lamenta lo que hizo.

Santiago M.P., en uno de los juicios en los que compareció como acusado.
Santiago M.P., en uno de los juicios en los que compareció como acusado.

Tan solo una mala decisión en la vida puede hacer que una persona entre en un agujero negro del que es muy difícil salir. Si ese error es comenzar a consumir drogas, ese pozo se va haciendo más grande a medida que avanza el tiempo al mismo ritmo que la salida se aleja. Esto es lo que le pasó a Santiago M.P. (45 años), quien a raíz de la muerte de un familiar empezó a juntarse con mala compañía y engancharse a las sustancias estupefacientes. Hasta ese momento era un ciudadano completamente integrado en la sociedad, pero este cúmulo de circunstancias provocó que empezase a delinquir en 2022, con 42 años.

En un breve periodo de tiempo, cometió un número significativo de delitos y fue condenado más de una decena de veces. De hecho ayer sumó en el Penal 2 una nueva pena a su historial tras admitir que en diciembre de 2022 fracturó con un destornillador la ventanilla trasera derecha de un coche que estaba aparcado en la ciudad y se apoderó de una riñonera y varios juguetes, efectos que fueron recuperados poco después en las inmediaciones del lugar. Fue clave para su incriminación las pruebas encontradas en el destornillador, ya que en él apareció su ADN al quedar restos de sangre. Por estos hechos, aceptó una condena de un año de prisión como autor de un delito de robo con fuerza. No tendrá que pagar nada por los desperfectos causados en el vehículo, ya que fueron abonados por la aseguradora.

Compareció en el juicio desde la prisión y la imagen que ofreció es totalmente distinta a la que mostraba en 2022. Una persona que está recuperada -las pruebas muestran que su organismo está limpio y que ya no consume- y que el tiempo en la cárcel le sirvió para estar listo para reinsertarse de nuevo en la sociedad y comenzar una nueva vida lejos del mundo de las drogas. De hecho, incluso está trabajando dentro del centro penitenciario.

El juicio fue seguido por los alumnos del colegio Otero Pedrayo, quienes acudieron ayer al Penal 2 para conocer de primera mano cómo funciona la Justicia. A ellos se quiso dirigir Santiago M.P.. Les explicó su historia, que refleja a la perfección como solo hay una mala decisión de distancia entre el cielo y el infierno, y se mostró muy arrepentido por los delitos que ha cometido. En este sentido, les confesó que él se enganchó a las drogas y que una vez dentro de ese mundo es muy difícil salir. “Provoca que hagas cosas que jamás harías y cuesta mucho dejarla”, confesó.

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