María Abad, podóloga: “Lo más difícil son todas las trabas que te ponen antes de arrancar el negocio”

SER AUTÓNOMO

Dos jóvenes menores de 30 años relatan los principales escollos a superar para poner en marcha sus proyectos. La remontada que se vive en las aficiliaciones al Régimen Especial de Autónomos (RETA) en Ourense muestra un cambio de tendencia hacia oficios más técnicos, y que quien emprende lo hace a edades avanzadas o muy jóvenes.

Publicado: 18 dic 2025 - 06:20 Actualizado: 18 dic 2025 - 08:56

María Abad en su clínica de podología de A Valenzá.
María Abad en su clínica de podología de A Valenzá. | La Región

En este segundo caso, asociaciones como la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), encuentra que el desconocimiento sobre todo lo que rodea poner en marcha un negocio, y la ausencia de un capital con el que arrancar, siguen siendo las principales barreras para que los jóvenes emprendan.

Trámites y papeleo

María Abad es una de las autónomas que ha decidido poner en marcha su propio negocio en la rama del sector sanitario; aventura que emprendió hace apenas ocho semanas a sus 28 años, con el asesoramiento de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Decidió establecerse por su cuenta en A Valenzá (Barbadás) y, pese al poco tiempo con la persiana subida, la experiencia le ha servido para constatar la dura realidad burocrática que afronta el autoempleo.

Lo más difícil son todas las trabas que te ponen antes de arrancar el negocio”

Abad lamenta la falta de información y la asfixia administrativa que sufren los profesionales al dar el salto, puesto que nadie explica la magnitud real de los gastos iniciales. “Lo más difícil son todas las trabas que ponen, el papeleo y todas las cosas que hay que pagar previamente a poder montarte; en mi caso, más en temas sanitarios, hay que hacer muchísimo papeleo”, asegura la podóloga.

A la carga administrativa se suma una importante barrera económica. El coste de arrancar la actividad, sumando obra, material, licencias y tasas le ha supuesto “sobre 60.000 euros. Monté la clínica solita, toda entera, y ahora la idea es que vaya creciendo un poquito cada vez más y que cada vez haya más pacientes “.

Pese a la incertidumbre y reconociendo que el ánimo “va por días”, Abad valora la independencia y la respuesta de sus pacientes. No obstante, reclama cuotas más justas acordes a los ingresos reales y ayudas que no excluyan a quienes, como ella, ya llevaban tiempo cotizando.

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