Muertes silenciosas en una realidad invisible: el hombre encontrado en Sáenz Díez llevaba días muerto

HALLAZGO DE UN CUERPO

Al tiempo que las familias brindaban por la Navidad, en la ciudad fue hallado un hombre sin vida. Las primeras pesquisas constataron que tenía en torno a 60 años y llevaba días muerto

Traslado del cadáver que apareció en Sáenz Díez.
Traslado del cadáver que apareció en Sáenz Díez. | José Paz

Mientras cientos de familias ourensanas disfrutaban de la tradicional sobremesa del Día de Navidad con sus seres queridos, en un edificio de la calle Sáenz Díez de la ciudad, que presenta un estado de semiabandono, fue encontrado el cuerpo sin vida de un hombre. Tras recibir el aviso, sobre las 16.45 horas del jueves, agentes de la Policía Nacional y Local acudieron rápidamente al lugar, en el que no apreciaron signos de violencia.

Agentes del equipo de Científica de la Policía Nacional de Ourense trabajaron ayer exhaustivamente para certificar la identificación del cadáver. Según fuentes consultadas por este periódico, las primeras pesquisas permitieron constatar que se trata de un varón de en torno a 60 años de edad, el cual era toxicómano. Además, también sirvieron para descartar definitivamente que se trate de una muerte violenta.

No era una persona okupa ni sin hogar, sino que habitaba en el edificio en el que fue encontrado. Lo hacía en un piso que era de su familia, aunque su difícil situación personal debido a la adicción a las drogas provocaba que viviese en condiciones precarias. El hombre, según las citadas fuentes, llevaba días fallecido, por lo que fue encontrado en estado de descomposición, lo que dificultó su identificación.

Ante este obstáculo, la Policía Científica estuvo trabajando ayer a destajo. Los agentes trataron de regenerar las falanges para poder hacer la identificación por huella, ya que una vez se obtienen las impresiones digitales, estas se cotejan para obtener un reconocimiento pleno.

Segunda muerte este mes

Este el segundo varón en apenas 20 días que aparece muerto en la ciudad en unas circunstancias similares, aunque con una diferencia fundamental: la preocupación familiar. En el caso del hombre que apareció sin vida este jueves, sus seres queridos se mostraron ayer muy pendientes de que se certificase la identificación y de realizar las gestiones funerarias.

No tuvo la misma suerte el varón encontrado el pasado 6 de diciembre en un edificio abandonado en A Ponte. Tenía 45 años y había llegado meses antes a la ciudad, donde vivía pese a no tener un hogar. Era adicto a la heroína y en su caso su identificación también fue complicada, ya que la acción de los roedores en el inmueble donde fue encontrado le provocó un deterioro en sus extremidades superiores. Finalmente, la labor de la Policía Científica permitió constatar quién era la víctima. Tras ello, se informó a sus familiares, pero no se hicieron cargo del cuerpo, por lo que el Concello de Ourense fue el encargado de gestionar los restos mortales. Días después, en la fachada del edificio en el que fue encontrado, aparecieron unas flores con una pancarta que decía: “Aquí deixamos morrer parte de nós”.

En la ciudad existe una realidad silenciosa, provocada en la mayoría de casos por la droga, que está causando estragos al llevar a muchos vecinos a una situación de exclusión social. Son personas que no tienen un techo donde cobijarse en las noches de frío o que, si lo tienen, viven en condiciones precarias. Personas que sufren y que reciben una indiferencia generalizada de quienes prefieren mirar hacia otro lado, contribuyendo así a invisibilizar el problema. Personas a las que en ningún hogar esperan para cenar en Fin de Año más allá de las entidades sociales. Personas cuyas vidas se apagan en soledad, sin que nadie se despida de ellas, y que, en el peor de los escenarios, no tienen quién se haga cargo de sus restos, quedando condenadas al olvido eterno.

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