El novio de Nerea Añel: "Los que dicen ser amigos de ella son los que de verdad la maltrataron"

Tras alargarse tres sesiones ante la ausencia de algunos testigos, el juicio contra Julio G.S. por maltratar a su novia Nerea Añel, antes de que la joven falleciese, quedó este lunes visto para sentencia tras el testimonio del último declarante, el cual fue detenido para asegurar que compareciese en el Penal 1.

Al comienzo de su declaración este testigo aseguró que no presenció ninguna agresión. “Lo que sé es porque me lo dijo Nerea”, explicó. Sin embargo, segundos después, afirmó que presenció un cabezazo de Julio a Nerea poco antes de la desaparición de ella.

También narró que otro día se cruzó con Nerea y vio que tenía un ojo morado. Según le relató la joven, se lo había provocado Julio, aunque él no lo presenció. “Se peleaban todos los días” añadió. Este fue el cuarto testigo que relató una agresión de Julio a la joven, el primero de ellos relató que el acusado vio como el acusado dio “una hostia buena en la cara” a la joven, otro presenció un cabezazo y una bofetada y el penúltimo declarante también observó un cabezazo.

Conclusiones

El fiscal, Julián Pardinas, explicó en sus conclusiones que el acusado y la joven tenían una relación “aparentemente tóxica”, ya que discutían permanentemente. “Quedó acreditado que Nerea fue objeto de malos tratos por parte de Julio”, aseguró. Al respecto, indicó que quedó probado que el encausado le pegó en al menos dos ocasiones a la joven, una vez un cabezazo y otra un puñetazo.

Respecto a la afirmación de Julio refiriendo que nunca hubo una denuncia de Nerea hacia su persona, Pardinas señaló que “evidentemente que en el mundo en el que se movían ambos es evidente que eso no ocurrió ni iba a ocurrir en ningún momento”. Por todo ello, solicita que se le imponga al acusado una pena de dos años de prisión por dos delitos de malos tratos.

Mayor pena de cárcel pide la acusación particular, siete años en total, cuatro por los delitos de lesiones y tres más por maltrato habitual. Karen Daniela Abad, la abogada que representa a la familia de la joven, recordó que el acusado fue condenado por la muerte de Nerea y pidió que se tenga en cuenta a la hora de la violencia habitual a la que se refieren.

Por su parte, la abogada de Julio, Rosa María Merino, reclamó la absolución señalando que no existen partes médicos, testimonios consistentes o pruebas objetivas que permitan acabar con la presunción de inocencia.

Última palabra

Julio G.S. hizo uso de su derecho a la última palabra. “Los que declararon que dicen ser amigos de ella son los que de verdad la maltrataron, la desgracia mía es que cuando le eché una mano se me mató y ahora mi desgracia es tener que soportar, como una diana, flechas y flechas hacia mi persona”, aseguró.