La pasarela del Barbaña completa su trazado: Expourense y Os Remedios, conectados sin pisar asfalto
OBRA DE LA XUNTA
Las obras del último tramo de la pasarela del Barbaña -entre O Polvorín y la Praza de Abastos-están prácticamente finalizadas, por lo que los ourensanos podrán caminar desde el Pabellón Paco Paz hasta el Puente Romano sin tocar la carretera.
La Xunta está a punto de cerrar una de las heridas urbanas más longevas de la ciudad de Ourense. Tras décadas en las que el río Barbaña ha funcionado más como una barrera que como un eje vertebrador, la ciudad encara la apertura definitiva de la senda fluvial completa, cumpliendo el objetivo de coser la ciudad desde Expourense hata el Pabellón de Os Remedios. Un hito que va más allá de la estética: supone la conexión ininterrumpida de la capital de sur a norte a través de un corredor verde libre de tráfico. Por fin, los vecinos podrán recorrer la ciudad sin salir del entorno del río.
La inminente puesta en servicio de los trabajos en el complejo tramo de 575 metros que une la Plaza de Abastos con La Molinera -hasta ahora desconectados- supone la colocación de la última pieza de un puzzle de movilidad que ha tardado años en encajar. Con esta apertura, se consolida un itinerario ininterrumpido que permite cruzar transversalmente la ciudad alejados del asfalto.
El proyecto, impulsado por la Xunta con una inversión global en el eje de movilidad de 5,4 millones, ha tenido que sortear importantes desafíos técnicos y retrasos, ya que la previsión inicial apuntaba a finalse de 2024 y, después, a mediados de 2025 para su finalización. La solución visible en el tramo final es una nueva pasarela elevada que salva los desniveles y la vegetación. Esta estructura se asienta sobre una base metálica renovada, una decisión técnica obligada tras detectarse, durante las obras, que las vigas de la antigua estructura de madera existente se encontraban deterioradas e inviables para su aprovechamiento.
Una de las novedades más destacadas es la ejecución de un ramal directo a As Burgas. Este desvío estratégico rompe la linealidad del paseo para permitir que viandantes y peregrinos abandonen el cauce del río y accedan, a través de una senda acondicionada, al “kilómetro cero” termal y al Casco Vello.
Pasarela de cinco metros de ancho y dos de altura
La ejecución del tramo entre la Plaza de Abastos y La Molinera ha requerido un diseño específico para garantizar la durabilidad en una zona de alta humedad y riesgo de avenidas. En primer lugar, la pasarela elevada, e iluminada, la más visible. La estructura se proyecta con un ancho útil de 5 metros, elevándose casi dos metros sobre el terreno mediante pilotes. En las zonas donde la senda no va elevada, se ha dispuesto una base de 20 cm de zahorra artificial rematada con 16 cm de pavimento de hormigón, evitando invadir la zona inundable y respetando la cota del terreno actual.
El diseño incluye un ramal específico hacia la zona de As Burgas y el centro histórico, con señalización direccional y paneles informativos para el usuario.
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