Un 35% de los ourensanos elige ya la cremación frente al entierro

DEFUNCIONES

Las funerarias detectan un incremento de este servicio mortuorio desde hace cinco años.

Muestra de ataúdes en Funeraria Albia La Gloria.
Muestra de ataúdes en Funeraria Albia La Gloria.

El último adiós de los ourensanos se encuentra en un momento de cambio. Así lo observan las 46 empresas de pompas fúnebres con las que cuenta la provincia, que obsevan cómo la duración de los velatorios se reduce, y poco a poco, los vecinos de la provincia prefieren encargar una cremación al final de su vida frente al más tradicional sepelio de cuerpo entero.

“Ourense es conservador aún en lo que respecta a tradiciones”, indica Rubén Campo, presidente de la Asociación de Funerarias de Ourense, “pero los cambios se van notando en el crecimiento de las cremaciones, en que los servicios se hacen cada vez más sin flores o las familias no reciben duelo”.

Ese incremento también lo ha notado el grupo Albia, una de las mayores empresas del sector en Ourense. Eduardo Vázquez, su director de zona, establece que “las cremaciones serán actualmente un 35% de los servicios, y en la ciudad podrían estar en torno al 60%. En ese sentido, nos situamos a nivel provincial por debajo de la media nacional, que ronda ahora mismo el 48%”, señala Vázquez.

Tino Gavilanes, presidente del grupo Cid Gavilanes, añade que “está todo muy cambiado desde la pandemia, que supuso un cambio enorme y radical. La asistencia a los actos se hace de otra manera. Ahora mismo, más que hablar de pompas fúnebres, deberíamos denominarlos servicios”.

Duelos personalizados

Otro de los aspectos que está cambiando el rumbo en el ámbito funerario es el crecimiento de los servicios personalizados. “Nos adaptamos al 100% a la persona declarante”, asegura Eduardo Vázquez, “y, muy frecuentemente, la gente prefiere un servicio laico y una cremación. Sobre todo tras la pandemia, con la reducción del periodo de duelo hasta las 12 horas”.

Este cambio ha traído consigo, además “la desaparición de los autocares que llevan a la gente por la parte social que tienen lo entierros”, señala Rubén Campo, para quien “el duelo hay que vivirlo, y mucha gente ahora no quiere ser velada o recibir duelo”.

El sector recibe con buenos ojos la nueva rama funeraria de FP

El pasado 24 de junio, el Consejo de Ministros aprobó la creación de un plan de Formación Profesional de Grado Medio para ser Técnico en Servicios Funerarios, que tendrá carácter oficial y validez en todo el territorio nacional.

El objetivo es “ la prestación de servicios funerarios, tanto en la contratación como durante su desarrollo, organizando los actos de protocolo y tomando en consideración el transporte, la manipulación, el acondicionamiento del cadáver”, según indicó en su momento el Ministerio de Educación. Una noticia que ha sido bien recibida en un sector funerario donde son las empresas quienes forman a los trabajadores.

“Lo veo muy necesario”, indicaba Tino Gavilanes, de Grupo Cid Gavilanes, “aportará muy buenas perspectivas, porque necesitamos mucha formación, y hasta ahora la aportábamos a través de la experiencia”.

El grupo Albia explicaba que “impartimos hasta 11.500 horas de formación”, dice Eduardo Vázquez, director de zona. “Ahora mismo, esta formación está orientada por nuestros trabajadores mas veteranos y un departamento especializado. La FP pemitirá que sigamos creciendo en este ámbito”.

Para Rubén Campo, presidente de la Asociación de Funerarias de Ourense, “es una noticia positiva, aunque estamos esperando los centros que la van a impartir. Hasta ahora, tenemos la certificación profesional a nivel autonómico que se acredita en centros como A Farixa”.

Un trabajo familiar y para las pequeñas empresas

El Observatorio de las Ocupaciones del ministerio de Trabajo sitúa los servicios funerarios entre las ocupaciones con mejores perspectivas de empleo ligadas a un nivel de cualificación medio, englobándolos en la categoría de “otros servicios” dentro de sus estadísticas.

La radiografía de las pompas fúnebres ourensanas muestra que “el 90% son empresas familiares. Hay dos o tres con un volumen de negocio algo más grade, y algunas con más de diez empleados, pero es una situación rara”, asegura el presidente de la Asociación de Funerarias de Ourense, Rubén Campo.

Tino Gavilanes, de Grupo Cid Gavilanes, añade el hecho de que “el 80% de los que nos dedicamos a esto son autónomos y empresas muy pequeñas. No más de una docena seremos empresas con asalariados”.

Por su parte, Eduardo Vázquez, desde el grupo Albia, indica que “el convenio colectivo de Pompas Fúnebres ha propiciado un sector muy estable, pero aún hay que mejorar el empleo femenino”.

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