Los daños causados por el jabalí en Ourense casi se duplican en un lustro

EXPANSIÓN DESCONTROLADA

La superficie dañada por este animal pasó de 243,8 hectáreas en el año 2020 a 424,3 en 2024, un aumento del 74%

Un jabalí en una finca de Covadonga.
Un jabalí en una finca de Covadonga. | Miguel Ángel

La presencia cada vez mayor del jabalí en la provincia de Ourense se ha convertido en una de las principales preocupaciones del rural ourensano, y cada vez más también de las zonas urbanas. En los últimos años, los agricultores de la provincia han visto cómo los destrozos en sus fincas aumentaban de manera constante, hasta el punto de afectar a cientos de hectáreas cada campaña.

Según los datos de solicitudes de indemnización, la superficie dañada por esta especie pasó de 243,8 hectáreas en 2020 a 424,3 en 2024, lo que supone un incremento del 74%. Aunque la provincia no alcanza las cifras de A Coruña o Lugo, donde se concentra más del 80% del total de hectáreas afectadas en Galicia, también por su mayor dimensión, la tendencia ascendente en el territorio ourensano es constante y preocupante.

Para un tejido agrario compuesto mayoritariamente por pequeñas explotaciones, la irrupción del jabalí supone un perjuicio económico directo y de impacto y un lastre para el autoconsumo.

Expansión descontrolada

La expansión del jabalí durante las dos últimas décadas en la península ha sido excepcionalmente elevada, ayudada por unas condiciones idóneas para su integración al territorio, siendo ya de por sí un animal con una adaptabilidad a diferentes entornos y alimentos.

Una de las condiciones que han facilitado su propagación es el cambio climático, al suponer los inviernos más suaves un plus para su supervivencia, especialmente en el caso de las crías, tanto por una mayor y más fácil disponibilidad de alimento como por una menor mortalidad directa.

Otra de las razones, especialmente en el caso de Ourense, es el abandono del monte, lo que conlleva una mayor superficie de matorrales, proporcionándole al jabalí refugio y comida.

El crecimiento de esta especie se ejemplifica en el aumento de capturas. Del 2005 al 2023 se registró un aumento del 210% a nivel nacional, con 443.714 capturas en el propio 2023, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). En esa campaña, la provincia Ourense lideró las capturas de Galicia con cerca de 7.000.

Mayor presencia urbana

La enorme expansión del jabalí lo ha llevado a ocupar ya terrenos humanizados, encontrando en las ciudades una gran facilidad para conseguir alimento en parques o contenedores.

Esta realidad la podemos observar a la perfección en la ciudad, donde en cualquiera de sus puntos es posible toparse con este animal especialmente en horario nocturno, o en zonas industriales, como el Polígono de San Cibrao.

Esta situación, sumada a su pérdida de hábitat por los incendios, lleva la peligrosidad del jabalí a un nivel más preocupante por su mayor tendencia al desplazamiento.

Peligro en las carreteras

En este sentido, entre 2023 y 2024, la provincia pasó de 1.520 a 1.579 accidentes de tráfico relacionados con la fauna salvaje. De ellos, 1.052 tuvieron como protagonista al jabalí, 55 más que en el 2023, lo que confirma su peso como la especie que más siniestros causa en vías ourensanas, provocando una media de tres al día, de un total de once en el cómputo gallego que indicó ayer el grupo de trabajo de la Xunta para la gestión de la fauna silvestre.

Aunque la mayoría se saldan con daños materiales, también aumentó la cifra de accidentes con víctimas, que pasó de seis en 2023 a ocho el año pasado. Los principales puntos negros se encuentran en carreteras secundarias y zonas de transición entre monte y núcleo rural, donde los animales cruzan con frecuencia en busca de alimento.

El efecto de los incendios se pudo notar en este agosto, el mes de la ola de fuegos, con 134 accidentes de tráfico, un 46% más que en el mismo periodo de 2024, mientras que en junio fue de 99 y en el caso de julio de 105. Solo en enero y febrero, la época de apareamiento, en la que existen más desplazamientos y menos horas de luz, hubo más (151 y 139, respectivamente).

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