Jack Coory, del I+D al mercado, el saludo del emprendedor británico

LA NUEVA OURENSANÍA

Originario del Reino Unido, pero residente en España desde hace dieciséis años, Jack Coory se deja ver lo justo por las calles del centro, pero entre los futbolistas veteranos de Ourense, ahí sí, reconoce prodigarse. “La liga está mejor montada que en Madrid”, opina. Quede ahí pues el dato.

Miriam Blanco/Marta Vázquez.

Publicado: 12 may 2025 - 04:00 Actualizado: 12 may 2025 - 14:15

Jack Coory, protagonista de La nueva ourensanía | La Región

“Todavía no conozco Ourense como debería”, reconoce Jack Coory, inglés residente en la ciudad desde el verano pasado. Se mudó con su mujer y sus hijos desde Madrid, donde estuvo residiendo desde poco después de aterrizar en España. “Al terminar la universidad cogí un vuelo barato a Barcelona, me quedé seis meses y luego me mudé a la capital con mi pareja”, explica. Ya cuenta dieciséis años en este país, la coyuntura profesional de su mujer lo trajo a esta tierra.

De aquí valora la naturaleza, la gastronomía, el ave que le hace ir y venir a la capital sin hacer noche, y sobre todas las cosas, su equipo de fútbol “Norte veteranos de Ourense”. Gracias a la asociación, además de hacerse unas pachangas, hizo ya unos cuantos colegas. “La encontré por Google y está muy bien montada, es una liga de cuatro divisiones”, explica. Nos congratula saber que por sombrío que pueda parecer un polígono, también tiene su ambiente.

España como aventura

Su historia es la de un joven con ganas de conocer mundo y aprender idiomas, que cae en la ciudad condal un poco de rebote. “Allí trabajé en hostelería”, revela. Barman recién licenciado en Ciencias políticas en Birmingham, pronto da el salto al trabajo de autónomo, especializado en consultoría estratégica. “Pensar en los problemas de las empresas y ayudarles a encontrar soluciones, abrirles nuevos sectores o mercados”, especifica.

Jack Coory.
Jack Coory.

De ahí, poco a poco incursionó en el ámbito del I+D y de la ciencia, y hoy tiene dos emprendimientos. “Comercializamos desarrollos técnicos para que salgan del laboratorio y tengan un impacto en el mundo real”, explica. “Trabajamos con investigadores o universidades, como la Autónoma de Madrid”, desgrana. Básicamente, su labor es buscar la manera de conseguir que una idea se convierta en un logro en el mercado.

Más habla Jack Coory, más claro queda que lo suyo es darle al coco. “No estamos tan planteados como venta al consumidor, lo nuestro es más de negocio a negocio”, comenta. “Por ejemplo una patente de alguien que se incorpora en un proceso de otra empresa y con esto ayuda a incrementar sus ventas”, plantea un ejemplo. “Los científicos son supercuriosos, pero para resolver sus problemas en el laboratorio, sin embargo, hacia el mercado, consideran que eso vendrá solo, o bien que no entra dentro de su experiencia hacerlo”, aclara. Dirá Coory que nos ponemos intensas para explicar a lo que se dedica, pero es que nuestra ambición es que lo entienda hasta una abuela. ¿Cuántos niños saben explicar el oficio de sus mayores?, nos preguntamos. Servidora, hija de funcionario administrativo, opinaba que su señor padre se dedicaba a poner grapas.

Usemos pues este paréntesis para hablar de la familia de Jack, que tiene una Valentina de diez, y un Oliver de seis años. Compartimos nuestra mutua preocupación por la felicidad y el futuro de nuestros hijos, y aprovechamos este púlpito para transmitirle que ‘el agua siempre encuentra su camino’, y si no, que se lo digan a él, que empezó la vida adulta de mochilero, y mira ahora a qué dedica el tiempo.

Es Jack Coory un caballero inglés, al salir del Ollo Canalla, nos pide que mencionemos al bar donde grabamos la entrevista, por deferencia a la gentileza hostelera. Le da un poco de vergüencilla decir algo sobre sí mismo, pero al final concluye con un término que le viene a la mente. “Curioso, eso sí”, dice sonriente.

Respecto a objetivos en la vida, la da la vuelta el pensador a la pregunta, y nos propone compartir algo más interesante, lo que viene a ser un principio. “Mantener las cosas en perspectiva, no estresarse por pequeñas cosas, ser honesto, mantener una relación sana con los hijos”, confiesa.

“Si ellos están contentos, la vida es buena”, dirá en algún momento al hilo de su prole, y respecto a la vida en Ourense. “Madrid o aquí con niños no cambia tanto”, con razón opina. Saben los padres de retoños y pre adolescentes lo poco que se sale de juerga. ¡Que el tren de alta velocidad traiga a más Jack Coorys y descendientes, para repoblar estas tierras!

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