Juan Picos, profesor de Ingeniería Forestal: “El cambio climático cocina los ingredientes del territorio”

FUEGOS EXTREMOS

Juan Picos, experto en gestión forestal, advierte que Galicia ha experimentado fuegos “extremos”

Una vaca, en una explotación ganadera de Quiroga (Lugo), arrasada por el fuego.
Una vaca, en una explotación ganadera de Quiroga (Lugo), arrasada por el fuego. | Carlos Castro

Con más de 100.000 hectáreas calcinadas tras un mes marcado por incendios de especial complejidad, los expertos en gestión forestal ven clave “intervenir y prevenir con una vegetación más verde, más sana y discontinua”.

Así lo traslada Juan Picos, profesor de Ingeniería Forestal de la Universidade de Vigo. “No puede ser que desde Maceda hasta Chandrexa de Queixa haya toda una autopista de matorral sin una discontinuidad que ayude a controlar un incendio”, explica.

Para ello, añade, “se puede recurrir a la agricultura, la ganadería” y, especialmente, “trabajos de prevención”. “Eso es lo que tenemos que decidir, cuánto de esto podemos hacer y cómo hacemos que sea más eficaz, es parte de lo que tenemos que aprender de estos incendios. Una idea que pasa, según plantea, por aprovechar el invierno para realizar quemas controladas de baja intensidad en el monte con el fin de evitar que se conviertan en incendios “catastróficos” en verano al ser incontrolables.

Según recalca, ha sido la colisión de dos realidades, la “tendencia climática y la cantidad de combustible disponible” la que ha contribuido al desarrollo de “incendios catastróficos”. “El cambio climático cocina los ingredientes que le ponemos en un territorio”.

Explica que “la vegetación son los ingredientes”, pero “el cambio climático los cocina y los prepara para el incendio”. Picos traslada que, después de un 2024 con alrededor de “2.600 hectáreas calcinadas” y un 2025 en el que “uno solo de estos incendios ha supuesto la quema de 26.000 hectáreas”, ha sido “esta ola de calor y estas humedades bajas las que han puesto todo el combustible listo para ser ardido”.

“Es muy importante -señala- asumir que estos incendios han tenido durante mucho tiempo comportamientos muy extremos, es decir, han sido incendios que han sobrepasado la capacidad de enfrentarnos a ellos con seguridad y que han generado muchos problemas para el dispositivo”, señala.

Recuerda que en Galicia y, en concreto Ourense la simultaneidad de focos ha provocado una fragmentación de los medios. “Eso supone tener menos fuerza en cada incendio, información más confusa, brigadas cada vez más cansadas y fuegos cada vez más grandes”, aclara.

Un cúmulo de circunstancias que “se va completando de manera exponencial”. “Funciona como una mancha de aceite, todos los incendios empiezan pequeños, pero cada hora que pasa van aumentando de tamaño y cada vez se hace más difícil controlar su perímetro para evitar que avancen”, añade.

Un perímetro que no sólo controlan los que “combaten las llamas”, sino también la Unidad de Análisis. “Si esto fuera una guerra, alguien tiene que estar con los binoculares en un sitio alto mirando qué hace el enemigo, esa es la Unidad de Análisis en un incendio”, explica.

Picos aclara que esta unidad se ocupa de “vigilar y analizar” el comportamiento del fuego y “hacer las estrategias y técnicas convenientes”. “Saber valorar si ahí hay que hacer un cortafuegos, si por aquí hay que pasar con la máquina o si se necesitará una motobomba para evitar que el fuego cruce una carretera”, recalca. Se trata de una unidad “clave” para hacer frente a un “elemento vivo” como es el fuego. “El comportamiento no es homogéneo, ni en el mismo incendio en un momento dado, ni en el mismo incendio varios días, por eso alguien tiene que intentar predecirlo”, incide Juan Picos.

Las lluvias y el “fatídico efecto de arrastre” sobre la tierra quemada

Después de semanas de incendios, Picos incide en que ahora toca “entender las cosas y actuar en función del efecto que haya tenido el fuego en cada zona”. “No puede ser cerramos la carpeta y a la siguiente cosa”, añade.

Explica que en algunos sitios, la vegetación podrá recuperarse naturalmente, y en otros habrá que ayudar en esa recuperación. Alerta, además, de que, ante la posibilidad de lluvias, Galicia podría enfrentarse a continuación a “problemas de arrastre” de ceniza o, incluso, de terreno. “La vegetación cumple un papel básico de retención de suelo, una vez que esta vegetación se quema, tanto cenizas como tierra son susceptibles de ser arrastradas a ríos y generar problemas ecológicos”.

Aclara que ya se están haciendo evaluaciones para emprender “labores preparatorias o estabilizadoras en algunas áreas”. “En algún momento sabemos que lloverá fuerte, y en ese periodo todavía la vegetación no se habrá recuperado”, advierte.

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