Pastos para ganado y agua potable, entre las prioridades para los afectados por los incendios en Ourense
REALIDAD TRAS LAS LLAMAS
Mientras la Xunta prepara un consello extraordinario y el Gobierno estudia declarar la zona catastrófica, los ganaderos y alcaldes de Ourense enfrentan la difícil realidad: pastos arrasados, colmenas destruidas y la calidad del agua amenazada por la ceniza
Cuando las llamas se apagan, comienza el verdadero incendio para el mundo rural: el de la supervivencia. Con el Consello extraordinario de la Xunta y la declaración de “zona catastrófica” por parte del Gobierno en el horizonte esta semana toca hacer balance. El fuego no solo se llevó por delante castaños centenarios y viñas, sino que ha dejado a la ganadería en una situación límite y ha puesto en jaque algo tan básico como el agua.
Ganado sin sustento
Para los ganaderos, la urgencia es palpable. “O máis importante é que poidan garantir a alimentación do gando”, subrayan desde la Asociación de Gandeiros do Macizo Central (Agromacen). Su gran inquietud es cómo sobrevivir durante el “período de burocracia” hasta que se aprueben las ayudas definitivas. Como medida de socorro, el alcalde de A Gudiña, Néstor Ogando, confirma que ya se están repartiendo “catro camións de forraxe” para suplir la pérdida de pastos. A esta necesidad se suma la de arreglar los cierres del ganado, una cuestión señalada por alcaldes como el de Montederramo, Óscar Diéguez. El sector apícola comparte la desolación. La empresa Mel Aialma, por ejemplo, denuncia la pérdida de 150 colmenas en Laza, lamentando que para las supervivientes el entorno es un desierto: “Nun radio de cinco a sete quilómetros non queda nada”.
Agua potable
La otra gran batalla se libra en los grifos. La contaminación por ceniza es una amenaza real. “Se empeza a chover, a captación de auga do río Támega recollerá os arrastres e a calidade da mesma impedirá a súa depuración normal”, explica el alcalde de Verín, Gerardo Seoane. Por ello, pide a la Hidrográfica una limpieza “inmediata” de los cauces mientras se ponen en marcha captaciones subterráneas.
En A Rúa, su alcaldesa, María González (BNG), ha detallado cómo se centraliza el reparto de agua embotellada donada por la UME y la Cruz Vermella. Mientras tanto, el Consorcio de Aguas de Valdeorras ha instalado fuentes de emergencia. La catástrofe ha dañado también infraestructuras clave, como tuberías y tendidos eléctricos.
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