Sin rastro de 15 de los 93 desaparecidos en la provincia de Ourense en un año

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado registraron el pasado año en la provincia un total de 146 denuncias por desaparición, una media de una cada dos días y medio, según muestran los datos del último Informe Anual de Personas Desaparecidas elaborado por el Centro Nacional de Desaparecidos. Del total de denuncias presentadas en 2024, 15 continúan activas y 131 han cesado.

El porcentaje de reincidencia es significativo, especialmente entre los jóvenes, tal y como demuestra el hecho de que hubo 45 personas que protagonizaron más de una denuncia de desaparición. De hecho, las 146 denuncias anuales se corresponden con 93 desaparecidos, una cantidad menor debido a esa reincidencia.

Respecto al perfil de los desaparecidos, en cuanto al sexo hay más denuncias por ausencia de hombres (91) que de mujeres (55) y predominan las personas de origen español (135) frente al resto de países -Marruecos (5), Venezuela (1), Rumanía (1), República Dominicana (1), Portugal (1), Guinea Ecuatorial (1) y Etiopía (1)-.

Los desaparecidos que centran los operativos de búsqueda son en su mayoría personas que viven en el rural y de avanzada edad

Al igual que en el resto de España, la mayoría de desapariciones (111) se produce en el grupo de edad de entre 13 y 17 años. Estos casos tienden a resolverse en mayor proporción y celeridad, lo que provoca una inversión en la tendencia inicial respecto a las denuncias activas.

Sin embargo, los servicios de emergencia explican que la mayoría de los desaparecidos que centran los dispositivos de búsqueda son personas que viven en el rural, de avanzada edad y que cuentan con algún tipo de enfermedad neurodegenerativa. “Un factor muy importante es que, cuanta más población hay, la probabilidad de éxito es mayor, ya que hay más gente que pueda visualizar a la persona”, explica Daniel Rey, coordinador de Protección Civil de Barbadás.

Además, en la provincia se da una característica que complica todavía más las labores de búsqueda: la orografía. “El terreno montañoso y boscoso es una dificultad”, añade. Esta particularidad provoca que sea más compleja la búsqueda como el rescate.

Prueba de ello es el salvamento que realizó el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de Trives (GREIM) la madrugada del 17 de abril en Tibiás (Pereiro de Aguiar). Los agentes acudieron ante el aviso de que una vecina de Sabadelle, de 81 años, que se había perdido había sido encontrada en un lugar de difícil acceso.

Esto los obligó a explorar el lugar en busca de accesos para extraer la camilla con la ayuda de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil, sanitarios del 112, Protección Civil e integrantes del GES de Pereiro. Lo hicieron a contrarreloj, ya que la mujer presentaba indicios de hipotermia, y consiguieron de forma rápida y efectiva liberar a la mujer del lugar llevando a cabo relevos durante un kilómetro para trasladar la camilla hasta la ambulancia.

Dispositivo de búsqueda

Los dispositivos de búsqueda son coordinados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y cuentan con la participación de servicios de emergencias como bomberos, Protección Civil o GES. Una vez establecidos los medios, se producen reuniones periódicas para organizar las zonas de actuación de cada equipo. “Lo más importante es la coordinación, la comunicación y la información”, explica Rey.

En una desaparición, las primeras horas resultan fundamentales para encontrar a la persona, ya que el tiempo siempre juega en contra y a medida que pasan las horas la esperanza de localizarla con vida disminuye. “Hemos tenido casos de gente mayor que aguanta milagrosamente bajo las heladas, pero las primeras horas son fundamentales”, indica el coordinador de Protección Civil de Barbadás.

En este sentido, Rey recuerda una búsqueda hace unos pocos años de un señor de avanzada edad que desapareció en A Valenzá a plena luz del día. A la mañana siguiente, lograron encontrarlo en una zona boscosa, sentado con una leve hipotermia y sin ninguna complicación que supusiese un grave riesgo para su salud. “Hay una tendencia a que salgan de las poblaciones hacia lugares forestales”, señala. Emocionalmente, el momento en el que consiguen localizar a un desaparecido con vida es “una satisfacción tremenda”.