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MALA VISIÓN POR ENVEJECIMIENTO
La pérdida de visión, de definición y agudeza visual es uno de los síntomas comunes a todas las personas que se van haciendo mayores. Antes o después, pero la palabra presbicia u otras afectaciones de la vista hacen su aparición entre la edad adulta y la madurez camino hacia la tercera edad. Una realidad incómoda e incapacitante en numerosos casos que es objeto de investigación por los especialistas. Es el caso que ocupa en los útimos tiempos a un equipo de investigadores internacionales vinculados a la Universidad de California Irvine (EEUU), la Academia Polaca de Ciencias y la Universidad de Salud y Medicina de Potsdam (Alemania) y que han logrado resutados esperanzadores en su trabajo en ratones.
El ensayo, del que la revista Sciende Translational Medicine ha recogido conclusiones en su edición de septiembre, se ha realizado en ratones de avanzada edad. Los resultados documentados indican que la suplementación con ácidos grasos poliinsaturados de cadena muy larga (VLC-PUFA) son componentes importantes de las membranas celulares y cruciales para una visión saludable.
Lo que se valora a partir de este hallazgo es que se pueda encontrar la forma de mejorar las respuestas retinianas a los estímulos visuales y rejuvenecer los perfiles lipidómicos y transcriptómicos de la retina en humanos, tal como se ha conseguido en los ratones ancianos en laboratorio. Una líea de trabajo interesante de cara a lograr poner límites al deteriorio visual por envejecimiento, además de otras afectaciones más delicadas como es el deterioro de la mácula asociada a la edad avanzada (DMAE).
"Hemos podido demostrar el potencial para revertir la pérdida de visión relacionada con la edad", afirmó la Dra. Skowronska-Krawczyk, profesora asociada del Departamento de Fisiología y Biofísica y del Departamento de Oftalmología y Ciencias Visuales.
"Esto podría conducir no solo a opciones de tratamiento terapéutico, sino también a intervenciones específicas para la prevención", advirtió la Dra. Skowronska-Krawczyk
Al estudio publicado ahora le precede un estudio sobre la proteína 2 de elongación de los ácidos grasos de cadena muy larga (ELOVL2), un biomarcador establecido de la edad. "Demostramos que tenemos menor visión cuando esta enzima ELOVL2 no está activa", constató la Dra. Skowronska-Krawczyk, también profesora del Centro Robert M. Brunson para la Investigación de la Visión Traslacional de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Irvine. Al aumentar la presencia de esta enzima, aumentó también el nivel de ácido decosahexaenoico (DHA) en el ojo y mejoraba la visión. Este ácido esun ácido graso omega-3.
"Ahora tenemos una conexión genética con la enfermedad y su componente de envejecimiento", según la Dra. Skowronska-Krawczyk. De esa forma, se podrían identificar personas con mayor riesgo de progresión de la pérdida de visión. "Esto podría conducir no solo a opciones de tratamiento terapéutico, sino también a intervenciones específicas para la prevención", concluyó esta experta.
La presbicia es la pérdida gradual de la capacidad del ojo para enfocar objetos cercanos, un proceso natural de envejecimiento que suele comenzar alrededor de los 40-45 años. Se produce cuando el cristalino, la lente del ojo, pierde su elasticidad, volviéndose más rígido y perdiendo la habilidad de cambiar de forma para enfocar de cerca. Este problema afecta a la gran mayoría de la población y se corrige comúnmente con gafas para leer o lentes progresivas.
¿Qué le ocurre al ojo?
Síntomas comunes
La degeneración de la mácula es un trastorno ocular que destruye lentamente la visión central y aguda, lo cual dificulta la lectura y la visualización de detalles finos. La enfermedad es más común en personas de más de 60 años, razón por la cual a menudo se denomina degeneración macular asociada con la edad (DMAE o DME)
Hasta el momento, la DMAE no se puede prevenir porque, en gran medida, va unida al proceso natural de envejecimiento y a la genética. Conviene, en todo caso, vigilarse en mayor medida si constan antecedentes en la familia, evitar el fumar y adoptar una dieta equilibrada y rica en acios grasos omega-3 y antioxidantes.
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