30 años del Tour Metallica-Guns N’Roses: ¡Bienvenido a la pesadilla!
Papeles del Rock
En el inicio de la gira en el Estadio RFK de Washington, mantuvieron esperando a casi 50.000 fans durante dos horas
¿Se imaginan ustedes que en 1965 ó 1966 hubieran hecho una gira juntos compartiendo cartel los Beatles y los Rolling Stones? ¿o Led Zeppelin y Deep Purple en 1972? O si los más jóvenes lo prefieren ¿Nirvana y Pearl Jam en el 93? Es decir, ¿se imaginan que los dos grupos más fuertes, con más poder de convocatoria y más mediáticos en este caso dentro del heavy metal de los 90 girasen juntos? Bien, pues sucedió exactamente hace 30 años, en julio y agosto de 1992, aunque solamente en Estados Unidos.
Los managers de Guns N’Roses y Metallica se pusieron de acuerdo y organizaron una espectacular gira por América en la cual los dos grupos de rock duro más grandes del momento – pocas cosas han cambiado: en el verano de 2022 las dos bandas siguen girando y acaparando la atención de los grandes medios y los puestos de cabecera de los carteles de los grandes festivales- que tuvo algún viso de llevarse a Europa en el otoño, pero que no se pudo en modo alguno materializar. Más todavía: quienes vivieron desde dentro toda la trastienda de aquella gira aún consideran que fue un milagro que pudiera terminar tal y como estaba previsto.
Como idea, negocio y espectáculo, aquella gigantesca gira era sin duda una operación muy inteligente: En la primavera de 1992 tanto el “Black Album” de Metallica como el cuádruple “Use Your Illusion I & II” de G N’R eran ya multiplatino, encabezaban en la práctica totalidad de países de Europa y América las listas oficiales de ventas de discos y cada uno de ellos por separado llenaban estadios por cualquier lugar por el que pasaran agotando las entradas a las pocas horas de ponerse a la venta. Pero las cosas no fueron como se esperaba, y las intensas diferencias entre las dos bandas, tanto en su filosofía y forma de trabajar, las rivalidades y enfrentamientos entre los equipos que trabajaban con cada una de ellas y hasta fortuitos pero fatales accidentes convirtieron aquel sueño en una pesadilla, como decíamos en el titular de este artículo haciendo un juego de palabras con el título del clásico de Alice Cooper de 1975. Es más: esta gira en gran medida presagió en términos inequívocos sus trayectorias radicalmente diferentes.
Una de las condiciones de Guns N’ Roses para hacer la gira era que tocasen en último lugar, lo que sin sospecharlo le dio el protagonismo total a Metallica. Los aguerridos thrashers subieron al escenario todas las noches y derritieron al público con rotundidad militar, la misma estrategia que los había elevado del underground a la cima del mundo durante la década anterior. El público disfrutaba con locura de aquellos Metallica, incluso los que llevaban camisetas de los Guns o de grupos como Bon Jovi o Mötley Crüe. Dejaban a la audiencia literalmente exhausta, y esto obviamente destapó la caja de los truenos dentro de G N’R y su entorno.
Cuando Metallica terminaban su set, nadie sabía cuándo los legendarios Guns N’ Roses, constantemente a merced de su voluble, inseguro y egomaniaco líder W. Axl Rose, podrían subir al escenario. En el inicio de la gira en el Estadio RFK de Washington, mantuvieron esperando a casi 50.000 fans durante aproximadamente dos horas, tiempo durante el cual los asistentes se emborracharon cada vez más y hasta más de uno acabó durmiéndose. Cuando el riff de bajo de apertura de “It’s So Easy” finalmente marcó el comienzo de su actuación, subieron al escenario con el mismo fuego y furia que caracterizó sus primeros días como una banda de club sedienta de sangre. Pero, según las crónicas de la época, la segunda mitad del set se hundió bajo el peso de los solos instrumentales gratuitos y las opciones de canciones somnolientas, interpretadas por una banda hinchada de 13 piezas que incluía cuatro cantantes de respaldo, una sección de viento de tres piezas y un teclista y percusionista auxiliar que hacían moverse al grupo en el escenario como una marmota narcotizada.
Bruce Britt, del Los Angeles Daily News, hablando del show en la ciudad californiana, fue categórico: “La banda nunca recuperó su equilibrio y la multitud se redujo lentamente a medida que avanzaba su rutinaria y aburrida actuación. Si Guns N’ Roses no tiene cuidado, esta gira podría significar la sentencia de muerte de la banda. Como sugieren las ventas comparativamente lentas de los dos álbumes actuales de la banda, los fanáticos pueden estar cada vez más cansados y hastiados de la indolencia y engreimiento de W.Axl Rose”.
Los retrasos y las rabietas dentro y fuera del escenario de Rose en las futuras fechas de la gira harían que el tiempo de cambio de dos horas en el RFK Stadium pareciera francamente rápido en comparación. El ejemplo más infame tuvo lugar en Montreal el 8 de agosto de 1992, cuando James Hetfield de Metallica sufrió graves quemaduras en el escenario durante un percance pirotécnico que obligó a la banda a interrumpir su actuación. En lugar de salvar la situación y satisfacer a los fans con una actuación heroica, Guns N ‘Roses subió al escenario más de dos horas después de que Metallica se fuera y entregó un set acortado, con Rose quejándose de problemas con el monitor y saliendo del escenario después de nueve canciones. En consecuencia, los fans se amotinaron, acumulando medio millón de dólares en daños y provocando al menos una docena de arrestos, un escalofriante recordatorio de los disturbios de St. Louis de poco tiempo antes que acabaron con Rose arrestado.
A pesar de las decenas de millones de dólares recaudados, la gira no fue la mina de oro para Guns N’ Roses que debería haber sido. “Metallica ganaba exactamente lo mismo que nosotros todas las noches”, escribió Slash en su autobiografía, “pero mientras se lo embolsaban todo, nosotros gastábamos el 80 por ciento en fiestas, drogas y estupideces. Fue simplemente una mierda”.
De hecho, los días de Guns N’ Roses estaban contados. Tras el final de la gira de “Use Your Illusion” en julio de 1993, que vio muchas más boutades de Rose y el lanzamiento del álbum de versiones de punk-rock “The Spaghetti Incident?” la banda cayó en una crisis que de hecho significó su ruptura y su desaparición de la escena hasta 2008, cuando unos G N’R de los que solamente quedaba un W.Axl Rose desnortado y desinspirado, sacó un disco, “Chinese Democracy”, un álbum mediocre, aburrido y que de hecho, mató la poca credibilidad que le quedaba al grupo hasta que decidieron volver con su formación original. Metallica, por otro lado, recorrió el mundo en apoyo del “Metallica” durante los siguientes años, llenando estadios y encabezando festivales masivos como Woodstock ‘94. También ellos caerían a partir de 1996 en una crisis de creatividad, identidad y personalidad que les destruyó en gran medida, pero en justicia hay que decir que supieron gestionarla bastante mejor.
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