Adiós a la última de superviviente de Auschwitz en Vigo

HOLOCAUSTO JUDÍO

Falleció en Vigo, donde vivía desde hacía 15 años, una mujer judía superviviente del Holocausto. Hasta el final tenía recuerdos de aquella época oscura que vivió en sus propias carnes junto a su familia

JTA

Publicado: 28 ene 2025 - 23:30

Micheline, hace unos años en su casa de Vigo, donde residió 15 años.
Micheline, hace unos años en su casa de Vigo, donde residió 15 años.

La última superviviente del Holocausto que vivía en Galicia, Micheline Wolanowski, fallecía hace unos meses en Vigo, ciudad donde residía desde 2009 con su familia, luego de una odisea vital que la llevó de un lado a otro del mundo. Aunque había nacido en Francia de padres judíos polacos, tras la II Guerra Mundial emigró a Uruguay. Antes, Micheline fue testigo directo de dos sucesos que forman parte de la Historia: el inicio de la Segunda Guerra Mundial con la ocupación de París y el Holocausto judío, donde perdió a su hermana y sus padres cuando era una chica de unos 18 años.

Esta semana se recordó el 80 aniversario de la liberación de los campos de exterminio, que lamentablemente conoció de primera mano. Fue una superviviente que luego pudo gozar de una larga vida, hasta rozar el siglo, quizá por su capacidad de aguante al límite, como ayer recordaba Pedro Valadés, fundador de la Asociación Galicia-Israel. “Fue un auténtico lujo poder tratar y conocer a Micheline en Vigo, un pedazo vivo de esa historia negra de Europa y del mundo. Ahora que celebramos el 80 aniversario de la liberación del campo de exterminio, fue un privilegio tratarla y conversar con ella y recibir su visión vital y optimista, es un rasgo que he observado en otros supervivientes de esa época terrible del Holocausto, que quedaron como vacunados contra muchas cosas y tuvieron largas vidas. Creo que esa longevidad tiene una explicación, es que sabes discernir lo que es de verdad importante de la vida”.

Este diario mantuvo en dos ocasiones conversaciones con Micheline, la última hace nueve años. Su recuerdo de la tragedia era todavía muy claro, desde septiembre de 1939 en Francia, un país del que le gustaba todo “las costumbres, la vida, hasta la comida, todo, vivíamos bien, sin problemas”. Luego comenzó la guerra, y la capitulación de Francia, en 1940. “Teníamos miedo a que bombardearan París, así que nos marchamos a Bretaña, pero fue inútil, porque al poco tiempo fue ocupada por los alemanes, así que volvimos a París, que no sufrió las bombas y volvimos a nuestra vida. Al principio, durante todo 1940, no pasó nada, y todo parecía tranquilo. En 1941 comenzaron a torcerse las cosas, cada vez peor”, explicaba con claridad. “El 14 de mayo de 1941 mi padre recibió una carta en la que se le decía que tenía que ir a trabajar a un campo, encerrado. A finales de año nos obligaron a llevar puesto una estrella de David con la palabra judío para identificarnos. Luego en junio de 1942 llegaría lo peor, cuando lo llevaron en un tren de ganado a Auschwitz. Los alemanes cada vez eran peores con los judíos, creo que tenía que ver con que empezaban a perder la Guerra y estaban furiosos, incluso los soldados eran cada vez peores”. Después de aquello, se marcharon a la zona controlada por Vichy para intentar evitar su deportación. “Huimos, nos refugiamos en un hotel, íbamos a un colegio de señoritas, y creíamos que estábamos a salvo, pero no fue así”. Un día los alemanes entraron y se llevaron a su madre y a su hermana. Micheline se escapó gracias a que un hombre la ocultó.

“No sabíamos qué pasaba, nadie lo sabía, pensábamos que iban a trabajar, porque Alemania se había quedado sin hombres, pero cuando comenzaron a llevarse a mujeres y niños entendimos que pasaba algo. Luego empezamos a dudar porque era tan violento todo, cada vez más. Pero hasta que acabó la guerra no sabíamos nada, todo estaba organizado y escondido, nadie podía imaginar lo que ocurría”, contaba. “Me quedaba mucho odio hacia Alemania, pero con el tiempo me di cuenta de que no tenían nada que ver con lo que habían hecho sus abuelos”, decía. Y advertía: “En el mundo actual tenemos otros enemigos: los yihadistas quieren acabar con la civilización. Es un peligro para el mundo”.

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