Esta es la cantidad de dinero que necesitas para poder pedir una hipoteca a tu banco

Los bancos españoles captaron el pasado 2024 un total de 68.000 millones de euros solo en hipotecas, situándose como la cantidad más alta desde 2010. Esto se traduce en unas 424.000 hipotecas firmadas en España, suponiendo la segunda cifra más alta, solo por detrás del año 2022.

Aquellas personas que apostaron por un tipo de interés fijo, el 63%, firmaron de media unos intereses del 3,3%. Por su parte, los que apostaron por los tipos variables, el 37%, salieron ligeramente mejor pasados, y solo tendrán que devolver a sus bancos un 3,16% más de lo que recibieron.

¿Qué es la entrada de un piso?

La entrada a una vivienda es la cantidad de dinero que, en el momento de cerrar la compra de una casa, la parte compradora paga a la parte vendedora. Lo más común es que el banco financie un porcentaje sobre el precio total de la vivienda, prestando un dinero a sus clientes que deberán devolver con intereses.

El porcentaje que el banco suele prestar oscila, de media, en el 80%. Esto quiere decir que el 20% restante debe ser abonado por los compradores. Es, precisamente, ese 20% lo equivalente a la entrada de la vivienda.

Para poder conocer la cantidad exacta basta con acudir al banco y negociar una financiación. Por lo tanto, el montante restante al préstamo será, exactamente el dinero que se deba abonar de entrada.

También se puede comprar una casa sin un préstamo del banco, aunque esta no suele ser la situación más habitual. Para que este caso se de, el comprador debe tener disponible la cantidad acordada en el contrato de compraventa. En estos casos, la cifra será decidida entre ambas partes, pero lo normal es recurrir a ese 20%.

Tipos de interés

Uno de los detalles más imporantes a tener en cuenta a la hora de firmar un préstamo con el banco es el tipo de interés. Esto equivale a la cantidad de más que el comprador tendrá que devolver al banco a cambio de que este último preste dinero.

Hay tres tipos principales de intereses:

• Tipo fijo: se acuerda un porcentaje sobre el momente prestado y que deberá ser pagado por el prestatario. Ese porcentaje es inamovible e independiente de las subidas y bajadas externas.
• Tipo variable: la cantidad a devolver dependerá de las variaciones del índice al que esté referenciado, que suele ser el euríbor. Es una modalidad más arriesgada pero que, a la larga, puede suponer pagar muchos menos intereses.
• Tipo mixto: en la mayoría de los casos, los prestatarios pagan durante los primeros años un tipo de interés fijo para, más tarde, pasar a un tipo variable.