¿Conoces el árbol del dinero?

Lunaria annua es una planta herbácea originaria del sureste de Europa y perteneciente a la familia Brassicáceas o Crucíferas. El nombre genérico lunaria posiblemente le fue dado por los frutos redondos que recuerdan la luna llena. El epíteto annua, proveniente del latín annus, hace referencia a la duración del ciclo biológico. No obstante, esta especie suele desarrollarse en ciclo bianual, floreciendo en el segundo año de vida, motivo por lo cual se le denomina también con el sinónimo de Lunaria biennis.

Crece en los bordes de caminos, escombreras, bosques y terrenos baldíos en zonas de semi sombra y mas bien húmedas, aunque soporta las altas temperaturas. Las raíces son carnosas y el tallo piloso y ramificado. Las hojas son caducas, de color verde oscuro, triangulares y con los márgenes dentados irregularmente. Se presentan opuestas a lo largo del tallo. Las flores, agrupadas en inflorescencias, aparecen de abril a junio; poseen cuatro pétalos de color púrpura, violeta, rosa o blanco y son ligeramente perfumadas. Los frutos son elípticos, redondeados, planos y translúcidos, inicialmente verdes, pero al secarse adquieren un color plateado con matices nacarados y con la forma de una moneda. De ahí provienen los nombres con la que se le conoce popularmente: árbol del dinero, dólares de plata, flor de plata, hierba lunar, hierba de nácar, lunaria, medallones del Papa, monedas del Papa, monóculo de nácar o planta de las monedas. En la tradición cristiana se le llama monedas de Judas en referencia a las treinta piezas de plata ganadas por Judas Iscariote por la traición a Jesucristo al entregarlo a las autoridades romanas y judías. En Italia también se le conoce con el curioso nombre de las gafas del Papa. En Galicia suele hacerse referencia a ella con los nombres herba da nácara o herba das pesetas, aunque hoy habría que llamarle herba dos euros.

Estos frutos tienen una membrana central que, al observarse a contraluz, deja ver las semillas. En otoño, dichas semillas, se pueden prensar o moler para elaborar una salsa similar a la mostaza de gusto picante. Las hojas y raíces se pueden consumir hervidas o crudas en ensaladas. También son excelentes para rellenar pasta o para dar color verde a la misma. Las pequeñas flores moradas son comestibles y su sabor se asemejan al del rábano picante, recordando también al de la col. De todos su componentes químicos hay que destacar su contenido en ácido nervónico, un ácido graso presente de forma natural en la leche materna, por lo cual la planta se utiliza para complementarla en partos prematuros u otros casos particulares. Además, ayuda a mantener la salud cerebral, motivo por el que actualmente se está estudiando para el tratamiento de enfermedades neurológicas como el Alzheimer, la esclerosis múltiple y la adrenoleucodistrofia. Las hojas y las raíces tienen propiedades diuréticas y de sus partes aéreas se obtiene una tintura madre que se utiliza en fitoterapia, con propiedades antiescorbúticas y estomacales.

La lunaria es más bella cuando envejece. Por la singularidad y encanto de sus llamativos frutos, se utiliza, desde tiempos antiguos en los jardines como planta ornamental, donde se le oye susurrar al ser mecida por el viento. Además, con sus frutos, una vez secos, se hacen ramos para poner en jarrones y adornar el interior de las casas. Se emplea también en decoraciones de interiores en la Iglesias con motivo de algunos eventos, como bodas. Es aconsejable pasarle previamente los dedos para quitarle las dos capas finas que las recubren, de modo que quede más brillante y vistosa.

Por su similitud con las monedas, representa la riqueza, aunque también en el lenguaje de las plantas está considerada como símbolo de la honestidad y sinceridad, debido a la transparencia de sus frutos que permite ver las semillas a través de ellos.