El CSIC advierte del peligro de los micro y nanoplásticos

CONTAMINACIÓN

Cuatro científicas señalan el impacto en los ecosistemas y en seres humanos de estas partículas

Los distintos plásticos arrojados por los seres humanos afectan negativamente a los econsistemas.
Los distintos plásticos arrojados por los seres humanos afectan negativamente a los econsistemas. | EP

Científicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) recogieron las investigaciones sobre la presencia y los efectos de partículas plásticas en los ecosistemas y el ser humano en el nuevo título de la colección “¿Qué sabemos de?” (CSIC-Catarata) y concluyeron que “la evidencia acumulada indica que los micro y nanoplásticos no son inofensivos”.

Las investigadoras M. Victoria Moreno-Arribas, Cinta Porte, Amparo López-Rubio y M. Auxiliadora Prieto explicaron las propiedades de los micro y nanoplásticos, cómo pasan a formar parte de los ecosistemas y las vías de exposición humana a estas partículas.

En el libro “Micro y nanoplásticos” las científicas también describieron los estudios que hay sobre la contaminación por micro y nanoplásticos, los riesgos reales conocidos y señalaron las lagunas que aún persisten en relación con su presencia, exposición, efectos potenciales y regulación.

“Se ha demostrado que la contaminación por microplásticos es extremadamente persistente”, señalaron las investigadoras

“Aunque todavía tengamos más preguntas que respuestas, la evidencia acumulada en los últimos años apunta de forma clara a que los micro y nanoplásticos no son inofensivos”, afirmaron las autoras.

Inferior a 5 milímetros

Los microplásticos (MP) son fragmentos con tamaño inferior a 5 milímetros, mientras que los nanoplásticos (NP) incluyen partículas con tamaños inferiores a 1 micra, es decir, mil veces más pequeñas que 1 milímetro.

En cuanto a su origen, se distingue entre microplásticos primarios, que ya se fabrican en formatos pequeños y se añaden a productos como fertilizantes, cosméticos o detergentes, y los microplásticos secundarios, que provienen de artículos como bolsas, juguetes o ropa y se fragmentan progresivamente por la acción del aire, el sol y el agua en trozos cada vez más pequeños.

Según las investigadoras, la mayor preocupación en torno a estos materiales invisibles para el ojo humano deriva, por un lado, de su ubicuidad -se han encontrado prácticamente en todos los lugares del planeta donde se han buscado-, y, por otro, del hecho de que no son biodegradables.

“Se ha demostrado que la contaminación por microplásticos es extremadamente persistente, casi imposible de eliminar una vez se han liberado, y que se acumula de manera progresiva en el medioambiente”, señalaron.

Además, advirtieron de que “la estructura de estos materiales hace que sean capaces de absorber o adsorber contaminantes del ambiente y transportarlos o liberarlos, de manera que actúan de vectores para la distribución de tóxicos, plagas o incluso de microorganismos patógenos”.

Y todo esto ocurre por la “adicción” al plástico.

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