La dalia, flor más deseada del verano
JARDÍN ABIERTO
La fascinación por la Dalia es, sin lugar a dudas, parte de nuestra herencia histórica. Originaria de México, país en el que es la flor oficial; llegó del llamado Nuevo Mundo para conquistar Europa. Y decimos conquistar porque, todavía hoy, es una de las flores estrella de nuestro viejo continente.
Son una de las plantas de exterior con flor imprescindibles en los meses de calor. No solo es exuberante y sumamente bonita; añadido, los cuidados de la Dalia hacen de ella una planta sencilla de disfrutar. Una belleza que, con pocas atenciones, comienza a florecer a mediados de primavera y pondrá color en nuestro exterior hasta incluso entrado el otoño. Y no de cualquier manera sino con flores sumamente llamativas y en un amplio abanico de colores. ¡Imposible no rendirse a sus encantos y espectacularidad!
La fascinación por la Dalia es, sin lugar a dudas, parte de nuestra herencia histórica. Originaria de México, país en el que es la flor oficial; llegó del llamado Nuevo Mundo para conquistar Europa. Y decimos conquistar porque, todavía hoy, es una de las flores estrella de nuestro viejo continente.
Algunos cuidados de la dalia que debes conocer
Aunque la familia de las Dalias aglutina un número de especies de vértigo, hay una premisa que marca a todas ellas de forma absoluta. Las flores de esta familia, independientemente de la variedad, se caracterizan por ser de buen tamaño, con colores intensos y sumamente generosas en el número de pétalos. Y es que, aunque la planta como tal sin flor tiene carácter ornamental, gana enteros absolutos cuando se da. Eso sí: por sencilla que sea de cultivar y antes de entonar la famosa frase de mi planta no florece, es fundamental cumplir con lo que demanda.
La luz, la mayor exigencia en los cuidados de la dalia
Como buenas plantas originarias en su gran mayoría de México, la Dalia necesita mucha luminosidad. Un requisito imprescindible no solo por su buena salud sino, sobre todo, para conseguir sus tan ansiadas flores. Pero cuidado con esto: de exponerlas a sol demasiado fuerte, es probable que sus hojas se quemen o, incluso, que no sea capaz de florecer. Por ello es clave buscarles el emplazamiento más adecuado para evitar que esto suceda .Si las cultivamos dentro de casa, su lugar ideal es cerca de una ventana a menos que reciba sol en las horas centrales del día. Si las cultivamos en exterior, tendremos que considerar las características de nuestro clima para encontrar su lugar ideal. Si es muy cálido, la mejor ubicación será en semisombra; mientras que si es templado, podrán estar a pleno sol.
El espacio de plantado, clave para su desarrollo
Independientemente de si tenemos nuestras plantas dentro o fuera de casa, hay algunos aspectos que debemos cumplir en lo que respecta a su plantación..El primero de ellos es mimar el lugar de plantación. Tanto si la plantamos en el jardín como si lo hacemos en maceta, la Dalia precisa un suelo rico en materia orgánica y con un buen drenaje. 3. El riego, uno de los cuidados de la Dalia más delicados
Y decimos delicados porque, como acabamos de ver, el exceso de agua no les sienta nada bien. Por eso hemos de regar de forma moderada para evitar encharcarlas. Tan importante como acertar con la cantidad de agua que demandan es regar correctamente. Y es que es importante no mojar ni las hojas ni las flores para evitar la aparición de enfermedades
La poda, una labor que promoverá la floración
En este caso, no tendremos que revisar cómo podar las plantas correctamente ya que la poda de la Dalia es diferente y superficial. En realidad, lo que buscamos con esta tarea es ayudar a que nuestra planta cree nuevas flores por lo que tan solo tendremos que podar las más viejas. Una forma de ayudar a nuestra Dalia a no destinar recursos para las flores que ya se están marchitando.
Las plagas, un cuidado menor
Y llegamos al último de los cuidados de la Dalia que debemos considerar aunque es cierto que no nos quitará el sueño. Una Dalia sana suele presentar resistencia natural a los insectos aunque puede ser objetivo de limacos, como el caracol o las babosas. De no estar plenamente sana, es más que probable que pulgones, ácaros y trips acaben siendo unos molestos visitantes que conviene atajar tan pronto lo detectemos.
Y listo! Con estos sencillos cuidados, tu Dalia se convertirá en la protagonista absoluta de tu jardín o de tu casa. Un espectáculo natural que no podrás dejar de mirar.
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