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SALUD
Un equipo internacional de científicos ha identificado una proteína cerebral que podría convertirse en una pieza clave para entender, diagnosticar y eventualmente frenar el envejecimiento del cerebro humano. El descubrimiento, publicado en la revista Nature Aging y difundido por medios como La Vanguardia, señala a la proteína Brevican como un marcador biológico capaz de predecir la velocidad a la que envejece el cerebro, abriendo nuevas vías para la medicina preventiva y personalizada en el ámbito de las enfermedades neurodegenerativas.
La investigación, liderada por expertos de la Universidad de Oslo y la Universidad de Oxford, ha analizado datos de casi 4.700 personas con una edad media de 63 años. A través de técnicas avanzadas de neuroimagen y análisis proteómico, los científicos han logrado establecer una correlación entre los niveles de Brevican en sangre y el estado estructural del cerebro. Los resultados son contundentes: quienes presentan niveles más elevados de esta proteína muestran un envejecimiento cerebral más lento y una mayor preservación del volumen cerebral, especialmente en regiones clave como el hipocampo y la corteza prefrontal.
Este hallazgo se enmarca en una tendencia creciente de la neurociencia moderna: la búsqueda de biomarcadores accesibles que permitan anticipar el deterioro cognitivo antes de que se manifiesten los síntomas clínicos. En palabras del periodista científico Josep Corbella, de La Vanguardia, “la posibilidad de estimar la edad biológica del cerebro mediante un simple análisis de sangre podría revolucionar la forma en que abordamos el envejecimiento y las enfermedades como el alzhéimer o el párkinson”.
Brevican es una proteína que forma parte de la matriz extracelular del cerebro, una red de moléculas que rodea las neuronas y regula su comunicación, estabilidad y plasticidad. Aunque su función había sido estudiada en modelos animales, hasta ahora no se había demostrado su relevancia en humanos. El estudio actual no solo confirma su presencia en la sangre periférica, sino que también la vincula directamente con la integridad estructural del cerebro.
Los investigadores utilizaron resonancias magnéticas para medir el volumen cerebral de los participantes y cotejaron estos datos con los niveles de más de 4.000 proteínas circulantes. Brevican fue la que mostró una asociación más robusta con un envejecimiento cerebral más lento. Esta correlación se mantuvo incluso después de ajustar por factores como la edad cronológica, el sexo, el nivel educativo y el estilo de vida.
Uno de los aspectos más prometedores del estudio es su potencial aplicación clínica. Si se confirma la utilidad de Brevican como biomarcador, podría desarrollarse un test sanguíneo capaz de estimar la edad biológica del cerebro, lo que permitiría identificar a personas con mayor riesgo de deterioro cognitivo y aplicar estrategias preventivas antes de que aparezcan los síntomas. Además, los autores del estudio plantean la posibilidad de diseñar fármacos que modulen los niveles de Brevican o potencien su acción protectora sobre el tejido cerebral.
Los expertos coinciden en que se trata de un avance significativo en la comprensión del envejecimiento cerebral. “Este tipo de estudios nos permite pasar de una medicina reactiva a una medicina proactiva, en la que podemos anticipar los riesgos y actuar antes de que sea demasiado tarde”, señala uno de los investigadores principales.
El descubrimiento de Brevican se suma a una serie de avances recientes en neurociencia del envejecimiento. En los últimos años se han identificado otros biomarcadores, como la proteína tau y la beta-amiloide, implicados en la neurodegeneración. Su particular relación con la preservación de la estructura cerebral hace que Brevican sea objeto de estudio prioritario en varios laboratorios internacionales.
Además, el estudio tiene implicaciones más allá del ámbito clínico. Desde una perspectiva social, podría contribuir a redefinir el concepto de envejecimiento y a promover políticas de salud pública orientadas a la prevención del deterioro cognitivo. Investigadores apuntan que herramientas como esta podrían cambiar la forma en que se diseñan programas de estimulación cognitiva y cuidado a personas mayores.
El hallazgo de Brevican como proteína asociada a un envejecimiento cerebral más lento representa un paso adelante en la comprensión de los mecanismos biológicos que regulan la salud del cerebro. Aunque aún queda mucho por investigar, este descubrimiento abre nuevas vías para la detección precoz, la prevención y el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas.
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