François Ozon: “Al adaptar el libro busco permitir las interpretaciones más personales”

ESTRENO CINEMATOGRÁFICO

François Ozon presenta El Extranjero, su visión contemporánea de Camus, con su estilo provocador y cercano en Madrid.

El director francés de cine François Ozon.
El director francés de cine François Ozon.

Poca prisa pero poca broma (hasta que te la regala, y de paso se relajan las presentes), François Ozon ofrece una entrevista para promocionar su nueva película, El Extranjero, la adaptación cinematográfica de la novela de Albert Camus, que se estrena en cines españoles el próximo 19 de diciembre. Una reinterpretación contemporánea del texto existencialista, con el estilo provocador e íntimo que caracteriza a Ozon.

La presencia de François impone, por su maestría en el cine, y su sonrisa un poco forzada, -que no fingida-, recortada su figura, -y su bufanda cruzada-, en la moqueta roja del salón 3 del hotel Barceló Torre de Madrid.

“Mi padre tenía una cámara de Super 8 cuando yo era pequeño para hacer los vídeos de las vacaciones y muy pronto comprendí que mi lugar era detrás de las cámaras”, revela al final del interrogatorio, no es tan longincuo como parece. Algún chascarrillo (o sarcasmo francés) deja caer de cuando en vez, ni es el lobo tan lobo, ni es la presa tan débil.

Pregunta.¿Qué le ha impactado de la novela El extranjero, de Camus?

Respuesta.Cuando lo leí hace unos doce años me di cuenta de que era un libro profundo y poderoso, que proponía muchas cuestiones, y esto me sorprendió porque es una novela que se lee en el instituto... Es muy filosófico a pesar de la tener una lectura fácil... y me hizo preguntarme si sería posible crear un personaje como Meursault, el protagonista, en el cine... porque el trabajo en nuestro oficio va de la identificación... y la pregunta es si sería posible encarnar un personaje así... por fuerza tenía que ser una experiencia interesante dar cuerpo al misterio de ese personaje.

P.La indiferencia existencial de Meursault choca con la empatía de Marie Cardona, su compañera de trabajo y amante. ¿Qué cualidades buscaba en los actores que debían encarnar estos papeles?

R.Son actores con los que yo ya trabajé, Benjamin Voisin, hizo un papel en mi película Verano del 85, en el que interpretaba a un hombre joven, feliz, romántico y expansivo y aquí le pedí exactamente lo contrario... de hecho le exigí que no interpretara... lo cual es difícil para un actor porque le pagan por eso... Rebecca Marder lo mismo, conmigo había hecho un papel de una abogada feminista e intelectual en Fantasías de un escritor, y normalmente ella no hace roles sensuales y aquí sin embargo quise mostrarla en su belleza y su feminidad... algo que nunca había hecho en cine.

P.¿Y como se hace eso de trabajar con el actor para que no sea tal?

R.Considero que no hay una máxima general... hay que adaptarse a cada uno, algunos necesitan lo psicológico, otros necesitan indicaciones técnicas, los que hay quieren saber la historia del personaje... por ejemplo a Benjamin le pedí que viese las películas de Robert Bresson y fuese lo más ausente posible... algo completamente fuera de lo habitual... fue un desafío pero los actores son muy maleables, adoran ser dirigidos y que les propongan experiencias nuevas.

P.¿Cual ha sido el gran reto de llevar una novela tan emblemática de la literatura absurdista al cine?

R.Para mí fue importante aceptar que hay una parte de traición, cuando uno adapta un libro al cine, porque el lenguaje cinematográfico y el literario son distintos... e implica enfrentarte al imaginario de un montón de lectores, porque este libro además es el tercero en francés más leído en el mundo... por lo tanto tantos habrán imaginado la escena de la muerte, el rostro de Meursault... a mí lo que me interesaba era transmitir una visión muy sensorial, no explicativa... ofrecer al espectador un folio en blanco y permitir las interpretaciones personales.

P.¿Cree que el cine puede abordar las cuestiones existenciales de la misma forma que lo hace la literatura?

R.De maneras diferentes... más por el sentir que por la explicación... ambos además, cine y literatura, son complementarias, dos experiencias diferentes, el libro aclara la película de un modo, y a la inversa, la película contribuye a entender el libro de otra... por lo que idealmente sería mejor hacer las dos cosas... leer el libro... y la película verla dos veces (risas).

P.Por último querría saber el público cinéfilo cuál fue la primera experiencia significativa de François Ozon como espectador, que le hizo amar el séptimo arte.

R.… de pequeño no tenía derecho a ver la tele, solo películas de Disney, como todos los niños, pero un día por casualidad me encontré frente a Alemania, año cero, de Roberto Rossellini, una película que me emocionó... el protagonista tenía por aquel momento la misma edad que yo... un niño que trababa de sobrevivir en Berlín, entre las ruinas de la II Guerra Mundial y que al final se suicidaba... bastante lejos de lo que es una película de Walt... ahí entendí que el cine podía ser otra cosa además de diversión y entretenimiento”.

Sobre él

François Ozon (París, 1967) es uno de los directores más influyentes y versátiles del cine francés contemporáneo. Formado en La Fémis (Escuela de Cine de París), Ozon ha desarrollado una filmografía singular marcada por su capacidad para explorar las relaciones humanas, la identidad y el deseo con una mezcla de elegancia visual, ironía y profundidad emocional. Su obra abarca desde el drama intimista hasta la comedia musical y el thriller psicológico, convirtiéndolo en un autor reconocido internacionalmente.

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