CRÓNICAS DE AGORA E SEMPRE
José Feijóo e o “Gordo” do Alfonso XIII
Papeles del rock
Cuando hace ya muchos años se hablaba de lo que podría ser la tercera guerra mundial, allá por los años 70 u 80 del siglo XX, en plena guerra fría y en plena escalada armamentística por parte de las dos grandes potencias atómicas, la URSS y los Estados Unidos, nos imaginábamos escenarios apocalípticos, ciudades en llamas arrasadas por explosiones nucleares, misiles cruzando el océano atlántico… afortunadamente, esa guerra nunca llegó a estallar. Pero por desgracia, en el ámbito del rock sí que se desató un conflicto que alcanzó, como muy bien señaló nuestro protagonista de estos “Papeles de Rock” de hoy, las proporciones a esa escala de una verdadera tercera guerra mundial: el enfrentamiento abierto y la ruptura de relaciones personales y profesionales entre Mick Jagger y Keith Richards, lo cual se tradujo en casi siete años, de 1982 a 1989, de desaparición de los Rolling Stones de los escenarios y en la edición de LP'S como ‘Undercover’ o ‘Dirty Work’ en los que la distancia personal y la falta de entendimiento creativo entre los dos músicos dejó como resultado discos muy por debajo del nivel acostumbrado.
El estallido de la guerra se produjo primero ante las claras y contrastadas diferencias que Mick y Keith tuvieron a la hora de concebir y enfocar como debería ser el álbum ‘Undercover’ entre 1982 y 1983 y como ante la poca repercusión que ese trabajo obtuvo, Mick Jagger tomó la decisión de editar su primer disco en solitario, ‘She´s The Boss’ y de aparcar indefinidamente cualquier otro proyecto con los Stones. En la versión de Keith, tal y como publicó en su autobiografía ‘Life’, lo que más molestó al guitarrista no fue tanto el hecho de que Mick grabase en solitario, sino que lo hiciera con cargo al presupuesto de los Rolling Stones haciendo uso de una cláusula contractual con Sony/CBS de la que Keith asegura que el grupo no fue informado. “Si quieres hacer discos en solitario, OK. Pero no con mi dinero”, dijo textualmente en el también polémico libro.
Dicen los creyentes que a veces su Dios escribe recto con renglones torcidos… lo cierto es que ante la inactividad de los Stones, a mediados de los 80 y espoleado en cierta medida por la experiencia que supuso su participación en el proyecto de la película documental de Taylor Hackford de 1987 ‘Hail, Hail Rock´n´Roll’ sobre la vida de Chuck Berry y en donde tuvo oportunidad de tocar entre otros, con Etta James, Julian Lennon, Eric Clapton, su propio maestro Chuck Berry y muy especialmente con Steve Jordan, batería de Stevie Wonder y los Blues Brothers que ya había grabado con Keith Richards y Ronnie Wood la versión de “Jumpin´Jack Flash” cantada por Aretha Franklin, hit-single de la película del mismo nombre en 1986, se decidió a probar suerte en solitario.
Si la intentona de Jagger con sus discos en solitario fueron comercialmente un fiasco, contra todo pronóstico Keith Richards, que se tomó el formar un grupo paralelo a los Stones casi más que un divertimento sin pretensiones y para quitarse el mono de escenario, logró un más que notable éxito de ventas con la edición de su primer álbum fuera de los Rolling Stones, ‘Talk Is Cheap’. Y más aún: merced a elegir un elenco de músicos de primerísima categoría para formar una genuina banda de puro rock´n´roll, los X-Pensive Winos, logró hacer en el otoño de 1988 una espectacular gira por Estados Unidos que tuvo su culmen en un sensacional concierto celebrado el 15 de diciembre de aquel año en el Hollywood Palladium de Los Angeles, que se grabó y se sacó como disco oficial en directo en diciembre de 1991 bajo el nombre de ‘Keith Richards & The X-Pensive Winos: Live At The Hollywood Palladium’.
Al margen por supuesto del carisma como Rolling Stone de Keith Richards y la autenticidad y honestidad que siempre ha transmitido desde el escenario, me parece muy necesario reivindicar y poner en valor a su banda de ricachones bebedores, que siempre he defendido, sobre todo después de haberles visto en directo –inolvidables aquellas noches de diciembre de 1992 en la sala Aqualung de Madrid, en las que por momentos me sentí como si estuviera viendo a los mismísimos Stones- fueron tan responsables del éxito de esta aventura como el propio Keith Richards.
Aparte por supuesto de Steve Jordan, a cuyo currículum ya me he referido, Keith tuvo el acierto de contar con un guitarrista del nivel de Woody Wachtel, quien antes de trabajar con el Stone ya tenía una larga carrera como músico de sesión, directo y/o estudio al lado de Fleetwood Mac, Stevie Nicks, Linda Ronstadt, Jackson Browne, George Thorogood & The Destroyers o Warren Zevon entre otros, y que de hecho, llegó a grabar también con los propios Rolling Stones – su guitarra se puede escuchar en el “Saint Of Me” del álbum de los Stones ‘Bridges To Babylon’ de 1997-, el gran amigo de Keith Bobby Keys, un bajista de la categoría de Charles Drayton, músico proveniente del jazz en cuya hoja de servicios encontramos grabaciones y giras con Benny Carter, Ben Webster, Billie Holiday, Coleman Hawkins, Woody Herman, Jack Teagarden, Louis Armstrong o Fletcher Henderson e Ivan Neville, hijo y sobrino de los Neville Brothers, quien ya participó introduciendo algunos teclados en el ‘Dirty Work’ de sus satánicas majestades.
Pues bien, este próximo 13 de noviembre esa sensacional grabación en directo del Hollywood Palladium, se reedita en un formato especial para coleccionistas, en la que además del contenido ya conocido, una mezcla de temas en solitario de Richards como "Take It So Hard" y "Make No Mistake", al lado de clásicos de los Rolling Stones como "Happy" y "Connection", este nuevo box-set contendrá tres temas inéditos: "Little T&A" -canción de los Stones cantada por Keith en el álbum de los Stones de 1981, ‘Tattoo You’-, "You Don't Move Me" y una versión de "I Wanna Be Your Man" de John Lennon y Paul McCartney, que grabaron los propios Stones en 1963 como cara B de su primer single oficial. Un documento sonoro de categoría superior, una sobredosis de rock'n'roll sin concesiones ni contemplaciones, y que por encima de todo, nos hace sentir esa pura esencia Stone que solo Keith Richards puede hacernos sentir.
El viejo vampiro, como llama desde hace tiempo coloquialmente su pareja Patti Hansen a Keith, con motivo del llamado “Record Store Day” que próximamente tendrá lugar, hace otro regalo a sus fans: saca en single de vinilo y video clip su canción de 1992 "Hate It When You Leave", incluida en su segundo LP en solitario, ‘Main Offender’ pero que en su día solamente apareció en la versión japonesa del álbum.
Doc, por muchos 77 años que tengas… ¡cuántos culos te quedan por patear!.
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