CRÓNICAS DE AGORA E SEMPRE
José Feijóo e o “Gordo” do Alfonso XIII
TRASTORNO PSICOLÓGICO
En 1975, este cuadro clínico fue denominado síndrome de Diógenes, en referencia a Diógenes de Sínope, un filósofo de la época de Aristóteles famoso por preconizar un modo de vida austero y renunciar a todo tipo de comodidades.
Se trata de una patología comportamental que se caracteriza por la dificultad para desechar objetos y la acumulación compulsiva. La ansiedad y necesidad irrefrenable de guardar todo tipo de objetos y enseres puede llegar a no tener límite. Objetos de todo tipo, perecederos y no perecederos, alimentos, muebles, ropa, papeles....
A medida que pasa el tiempo, el cúmulo de cosas, de basura, aumenta y el espacio en las viviendas se va limitando y la calidad de las víctimas de esta alteración se va complicando y deteriorando, por la falta de sociabilización, por la falta de higiene, porque no abren la puerta a nadie y no se suelen dejar ayudar facilmente. Además, aumenta el riesgo de que se registren caídas, infecciones, intoxicaciones o incendios.
Según los criterios diagnósticos recogidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), el trastorno de acumulación se caracteriza por los estos aspectos:
Además de otras causas, el síndrome de Diógenes también puede tener un componente genético, ambientales y psicológicos. Los expertos hablan de una posible predisposición genética.
Otro detonante para que se empiece a mostrar esta conducta son el haber pasado por una experiencia traumática o un fallecimiento de las personas con las que relacionan los primeros objetos que empiezan a guardar.
Y trastornos de ansiedad, depresión u otros trastornos relacionados, están asociados con el trastorno de acumulación. El juntar objetos lo viven como una forma de aliviar la ansiedad o llenar un vacío emocional.
El perfil del afectado también suele ser una persona con poca facilidad para tomar decisiones.
El principal, es el de vivir en un espacio cada vez más limitado, lo que compromete la calidad de vida y las relaciones de la persona. No suelen recibir a invitados y se van encerrando en sí mismos.
Las plagas, como roedores e insectos, puede ser habitual, además de padecer enfermedades infecciosas o alergias.
Todo este cuadro suele desembocar en afectación psicológica y emocional. El aislamiento social es un denominador común en estos casos.
El primer paso es hacer una evaluación clínica, siguiendo los criterios establecidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5).
Partiendo de un diagnóstico claro, existen varios tratamientos:
La terapia cognitivo-conductual (TCC) pone el objetivoen identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento asociados con la acumulación compulsiva.
La terapia de exposición y prevención de respuesta (TEPR) expone gradualmente a la persona a situaciones que generen la necesidad de acumular, pero evitando la respuesta compulsiva.
Trabajar con la persona afectada el desalojo gradual de los objetos, puede ser también efectivo.
Estos son algunos consejos prácticos si sospechas que puedes responder a esta conducta o si necesitas orientar a un familiar o conocido:
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