"Vacunando al resto de países del mundo, nos protegemos a nosotros"

El portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, Lorenzo Armenteros, hace una llamada a la solidaridad de los gobiernos

Lorenzo Armenteros del Olmo. Portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SGEM)
Lorenzo Armenteros del Olmo. Portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SGEM)

El portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SGEM), Lorenzo Armenteros, insta a gobiernos y autoridades mundiales a encontrar un “equilibrio” a la hora de proteger a sus ciudadanos ante nuevas variantes del covid-19 y a mostrar mayor grado de solidaridad con países que no tienen un fácil acceso a las vacunas. La propagación de la nueva variante ómicron del coronavirus por todo el mundo evidencia la máxima de Armenteros: “Solo consiguiendo una tasa de vacunación mundial alta, se podrá atajar la aparición de nuevas variantes”.

La variante ómicron ¿es más preocupante que otras?

A día de hoy, nos encontramos en un periodo de completa incertidumbre, ya que aún no disponemos de datos científicos para poder determinar la gravedad de esta nueva variante. La Comisión Europea nos habla de que puede ser peligrosa debido a su afectividad, pero por otro lado, el paciente que se encuentra en España tiene un proceso bastante controlado. Incluso los descubridores en Sudáfrica del genotipo aseguran que sí que es más infeccioso, pero afirman que no es agresivo. El riesgo de cualquier proceso infeccioso es que cuantos más se infecten más se multiplica y más posibilidades hay de que mute. Estamos viendo unas mutaciones que desconocemos cuál va a ser verdaderamente su acción sobre la enfermedad, si va a ser verdaderamente más compleja o más grave.

¿Las vacunas son efectivas a esta nueva variante?

Dadas las características del virus las vacunas podrían ser efectivas, pero la infección podría darse en vacunados y no vacunados. Las vacunas de las que ya disponemos no son esterilizantes. Una vacuna esterilizante es la que impide no solo la progresión de la enfermedad en nuestro cuerpo, sino la trasmisión de persona a persona y, en este caso, solo impide el agravamiento, pero no elimina la transmisión. Por tanto, se puede dar la infección en personas vacunadas como no vacunadas. En aquellas no vacunadas cualquier tipo de infección de cualquier variante es mucho más grave, mientras que la capacidad de trasmisión en los vacunados se reduce radicalmente. Entonces, lo fundamental es seguir insistiendo en la vacunación.

¿Considera que ómicron llega en un mal momento?

Según lo que conocemos de este virus, en cualquier momento se puede producir una explosión realmente masiva de contagios que puede cargar todo el sistema sanitario, pero sí que las fechas navideñas pueden ser especialmente peligrosas. Son fechas de aglomeraciones, de reuniones familiares en las que converge un problema: la falsa confianza que genera la familia. Por el hecho de ser familiar no significa que no haya posibilidades de contagio. De modo que esa falsa confianza, unida a la necesidad de nuestro carácter de reunirnos y la flexibilidad que se dio al uso de la mascarilla en exteriores puede ser un caldo de cultivo muy peligrosos ante cualquier variante y sobre todo ante ésta, en la que coinciden todos los expertos que es muy infectiva.

¿Cómo podemos evitar esta continua escalada de variantes?

Hay que crear una estrategia global. Deber haber un equilibrio entre la distribución de la vacuna en países desarrollados y en aquellos que no tengan un fácil acceso a las vacunas. Los países ricos deben compaginar su defensa pero también ser lo suficientemente solidarios para buscar la protección en el resto del mundo, porque hay países en que el nivel de vacunación no llega ni al 10%. Estamos viendo que, por mucho que nos protegamos nosotros el virus sigue multiplicándose y mutándose en otro lugar del mundo, entonces esa labor de solidaridad que insiste la OMS, debemos seguirla porque vacunándolos a ellos nos protegemos a nosotros”.

¿A qué retos se enfrenta la comunidad científica?

Uno de los retos para atajar el covid es llegar a conseguir vacunas estirilizantes que eviten la transmisión, pero es muy importante que se trabaje en tratamientos antivirales directos de amplio espectro, porque las vacunas que disponemos ahora van dirigidas a una parte del virus, pero necesitaríamos antivirales que pudiesen luchar ante diferentes dianas terapéuticas. Con todo ello, mantendría la esperanza ante la posibilidad de atajar esta pandemia.

¿Cree que la ansiada normalidad va a tardar en llegar?

Esto no es una epidemia centrada en un lugar que podamos acotar. Queda demostrado que aún con las medidas extremas que se tomaron en Wuhan a sus inicios, la pandemia se extendió. Por eso no la podemos comparar con otras pandemias como la de la gripe, que se tardó dos años en atajar. En el caso del covid serían dos años si consiguiéramos una reducción mundial. Esto parece muy difícil dada la época de las comunicaciones en la que nos encontramos, donde los intereses económicos están fuera de la propia evolución de la pandemia. Esto durará en la medida que podamos desarrollar vacunas más baratas y fáciles de mantener. Quizá buscar una desaparición total del virus sea una utopía pero sí que debemos buscar una situación similar a la de la gripe en la que podemos vacunarnos cada año, con vacunas baratas, rápidas y accesibles a todo el mundo.

Píldora anticovid, el complemento perfecto para luchar ante el virus

La empresa farmacéutica estadounidense MSD es una de las que desarrolla las píldoras orales antivirales para tratar el covid-19 en pacientes adultos. Conocida como molnupiravir, este fármaco, con el paxlovid elaborado por Pfizer, podría llenar un vacío importante para los médicos como Armenteros que buscan tratar a los pacientes enfermos no vacunados, especialmente cuando la época invernal amenaza con aumentar los casos.

La píldora desarrollada por MSD y Ridgeback, aún en fase de revisión en Europa, es la recomendada para pacientes que tengan un tipo de covid leve o moderado en los primeros días de los síntomas, como recuerda el doctor Armenteros. “Lo que hace es trastocar el código genético del virus de forma que no es capaz de replicarse y no se multiplica”, asegura Armenteros, pero insiste en que “no es un píldora mágica que permite olvidarnos de la vacuna”. ”No suple la vacunación, pero es el complemto perfeto para conseguir una lucha más activa contra el virus”.

Si finalmente se aprueba, sería un tratamiento para vacunados y no vacunados que evitaría el agravamiento de la enfermedad y el ingreso. “Podríamos tratar a los contagiados que están en las primeras fases de los síntomas, además de a los contactos estrechos, evitando la trasmisión y desarrollo del virus aunque el contacto no tenga síntomas”, recalca. “Si ya la vacunación reduce la gravedad del covid, tener un tratamiento oral que reduce los síntomas, sería el complemento perfecto para dejar atrás cuarentenas o confinamientos, así como una esperanza para afectados de covid persistente”, afirma.

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