Las carreteras locales sufren los efectos de los incendios

Los conductores que circulan por la carretera que comunica O Barco con Soulecín vienen observando con preocupación el amontonamiento de pinos que ardieron en el incendio de agosto a un lado de la infraestructura. Su inquietud aumentó cuando la lluvia hizo acto de presencia, llenando de arrastres de cenizas y otros materiales, las cunetas, pues esos árboles amenazan con caer sobre la calzada, con el consiguiente peligro para los conductores. Este no es el único punto donde existe esa posibilidad, hay tramos de otros viales donde se da una situacion similar, como sucede en las inmediaciones de Vilariño o el acceso a la carretera de Santigoso desde el parque empresarial de A Raña.

Esta circunstancia es conocida y también preocupa en el Concello barquense. Lo apuntó el alcalde, Aurentino Alonso, quien resaltó la dificultad que entraña la retirada de los árboles de fincas particulares. En todo caso, los servicios municipales ya iniciaron gestiones con los propietarios para que sean retirados, como apuntó el concejal Miguel Neira.

En O Barco, también se está procediendo a retirar los materiales procedentes de los arrastres de las cunetas de las carreteras, al igual que otros concellos hacen con las arroyadas y los arrastres de lodos y cenizas. En Vilamartín, operarios enviados por el Concello que gobierna Enrique Álvarez Barreiro ya acudieron varias veces a la carretera de Robledo para retirar los materiales que el agua dejó sobre la calzada, mientras que en A Rúa, la calzada de Arnaveca sufre la consecuencia del atasco provocado por unos arrastres que también causan problemas en el acceso a San Xulián, que impiden el paso de vehículos que no sean todoterrenos mientras no son retirados.

Paralelamente a los problemas de seguridad existentes en las carreteras, los vecinos de concellos como O Barco, Vilamartín, A Rúa o Petín siguen sufriendo las consecuencias de los arrastres de ceniza, tierra y árboles sobre las captaciones de agua que abastecen las traídas de un buen número de núcleos.

Problemas en traídas de auga

En el pueblo de Vilamartín, la depuradora no puede tratar el agua por su exceso de suciedad. En los demás pueblos, sale más clara, pese a lo cual, el alcalde, Enrique Álvarez, aconseja no usarla para beber o cocinar. Incluso hay quienes se desplazan hasta alguna lavandería de O Barco para lavar la ropa. El regidor comentó que, ya desde el primer día, voluntarios de Protección Civil acercan garrafas a todas aquellas personas con necesidades especiales, como las que sufren problemas de movilidad, aunque no descarta tener que ampliar el número de destinatarios más adelante.

En O Barco, la instalación de dos fuentes portátiles en Viloira y la rotonda de acceso a la villa desde la N-120, permite suministrar agua potable de la traída barquense a pueblos como Veigamuiños o Xagoaza, e incluso del resto de la comarca, que carecen de ella. En el caso de estos núcleos, que se abastecen del arroyo Mariñán, la suciedad de sus aguas impide usar este líquido.

En A Rúa, el Concello comenzó la entrega de garrafas de agua desde la antigua cantina de la estación de ferrocarril a los vecinos de Santo Estevo y Somoza, debido a la imposibilidad de usar el agua de la traída. Las últimas lluvias impiden la limpieza de la captación, una labor que los operarios municipales acometerán en cuanto sea posible. Mientras, los rueses de las zonas citadas anteriormente tienen a su disposición el polideportivo municipal para ducharse, según indicó la alcaldesa, María González Albert.

Desde Petín, la presidenta de la Corporación local, Raquel Bautista, apuntó que aquí también hay vecinos que sufen el problema de la turbidez en la traída. También este Concello repartió agua potable a varias familias que la necesitaron. En este sentido, la regidora apuntó el almacenamiento de botellas y garrafas y que en las próximas horas redactará un bando anunciando que a partir del lunes pueden pasar a recoger las que necesiten las familias que lo precisen.