Casaio inicia una campaña para que no cierre el colegio

La escasez de alumnos amenaza el futuro del colegio público de Casaio y con él el de este pueblo del municipio de Carballeda de Valdeorras. “Se pecha, o pobo vaise a pique”, comentó Tara Blanco, secretaria del AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos) del centro. No es la única preocupada por este riesgo y, con el apoyo de Elba Rodríguez y otros vecinos, comenzó la búsqueda de una salida que ya empezaron a vislumbrar, pues ya contactaron con ellos más de 60 familias, una de ellas ya decidida a establecerse.

A principios de siglo, en el año 2000, Casaio tenía 623 habitantes. En 2023 este dato se había reducido a 256, o lo que es lo mismo, perdió casi un 59 % de su población, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Los padres son conocedores de esas cifras, pero la alarma no saltó hasta principios de curso, cuando la ausencia del profesor durante varios días les llevó a temer por la continuidad del colegio.

Su primer paso fue reunirse con la Inspección Educativa, dependiente de la Xunta. Aquí, les informaron que el colegio no podría seguir abierto si el número de alumnos bajaba de seis. Incluso les plantearon que podría continuar con cinco si se garantizaba que el siguiente curso volvería a contar con la citada media docena de estudiantes.

Siete alumnos

Este aviso hizo saltar todas las alarmas en el pueblo, pues dos de los siete alumnos que estudian actualmente en el colegio finalizarán 6º, lo que los llevará al colegio público Tomás Terrón Mendaña, en Sobradelo (Carballeda). A su marcha se uniría la de un tercero, cuya familia anunció que dejará Casaio, con lo que solo quedarían cuatro alumnos.

Para evitar el cierre del centro, los padres contactaron con la Junta de Montes de Casaio y Lardeira, arrancando el compromiso de que esta asumirá el pago del alquiler de una vivienda durante los tres primeros meses a todas aquellas familias con hijos en edad de estudiar en el colegio. “As nais do colexio falaron connosco e dixémoslles que se é para iso non hai problema”, comentó Francisco Fernández, directivo de los comuneros.

La escuela perderá tres de sus siete alumnos el próximo curso, estando fijado en seis el mínimo permitido

El AMPA también consultó a los vecinos de Silván, un pequeño pueblo leonés de La Cabrera, de solo 107 habitantes. Ellos habían conseguido evitar el cierre del colegio hace ocho años al conseguir captar familias de otras zonas. A renglón seguido, iniciaron una campaña en las Redes Sociales.

Los padres hablaron con los propietarios de viviendas ofrecidas en alquiler. Hay muchas en el pueblo y los arrendamientos no superan los 200 euros mensuales. También contactaron con aquellos propietarios que optan por la venta, a quienes plantearon la posibilidad de que se pudiesen alquiler como paso previo a su compra.

Medios de vida

Además, se ocuparon de buscar posibles trabajos para las familias interesadas en mudarse a Casaio. Las empresas de producción de pizarra, un sector fundamental en la comarca, son una opción, pero también la ganadería o los desbroces. “Xa estamos enviando currículos ás empresas”, comentó Tara Blanco.

Su iniciativa ya se tradujo en llamadas de familias interesadas, residentes en provincias tan lejanas como Almería, Málaga o Valencia, pero también de otros países. Estas últimas, propiciadas por los contactos de algunos vecinos con ONG.

En estos momentos, las familias de Casaio podrían tener garantizada la continuidad del colegio gracias a unos padres valencianos que ya anunciaron que se mudarán al pueblo valdeorrés el próximo mes de enero. La buena noticia es que tienen tres hijos en edad escolar. “En principio, el problema está solucionado”, comentó la directiva del AMPA. Añadió que el proyecto sigue adelante, pues la Junta de Montes les indicó que su compromiso sigue adelante mientras haya casas vacías en el pueblo. “Non me esperaba tanto éxito. Todo o mundo se está volcando!”, exclamó, finalmente, Tara Blanco.