Pinturas rupestres de Casaio atraen a los investigadores
PALAS DE CABRAS
Un equipo de restauradores consolida y limpia las pintruas rupestres de Palas de Cabras
El patrimonio arqueológico valdeorrés y su puesta en valor hace años que despertó el interés de los investigadores. Las excavaciones, hallazgos y actividades se suceden, especialmente por la asociación científica Sputnik Labrego, un proyecto surgido en el Instituto de Ciencias del Patrimonio y el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), desde la que Carlos Tejerizo informó que las pinturas ruprestes de Pala de Cabras (Casaio-Carballeda de Valdeorras), datadas en torno al 3.000 antes de Cristo, están siendo consolidadas y limpiadas de costras minerales por un equipo formado por Fernando Carrera, exdirector de la Escuela de Restauración de Vigo, Vera Caetano y Raquel González.
Los trabajos continuarán hasta el sábado próximo y durante los mismos serán retiradas las costras de minerales formadas por el tiempo con el objetivo de permitir una mejor visión de las figuras de arte esquemático descubiertas en 2019. Antes de que abandonar el lugar, el 17 de septiembre y a partir de las 19,30 horas, este equipo ofrecerá en A Cantina de Nati de Casaio la charla “Pala de Cabras: experiencias de conservación en pintura prehistórica”.
A su vez, los investigadores de Sputnik Labrego continúan excavando en el lugar de Casaio conocido como Penedo Xudeo, donde fue localizado el poblado alto medieval (siglos VII y IX), formado tras la recuperación de construcciones que, según consideran, pudieron ser construidas por los romanos. Una visita guiada por la asociación científica mostrará a las personas interesadas este lugar el 18 de septiembre, partiendo a las 18,00 horas de la plaza de la iglesia de Casaio. Tanto en este evento como la charla sobre Pala de Cabras colaboran Tempos Arqueólogos, la Universidad de Salamanca y el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Daños del fuego
Las llamas del incendio no causaron daños a los lugares citados anteriormente, pero sí al paraje denominado A Morteira, también en Casaio, una zona donde los arqueólogos investigan Cidade da Selva. Son los campamentos que los guerrilleros antifranquistas utilizaron entre 1941 y 1946. El fuego castigó especialmente los restos de la mina de Valborraz o de los Alemanes, explotada en etapas desde 1914 hasta 1928, de 1937 a 1945 y entre 1954 y 1963. Carlos Tejerizo apuntó que fue “arrasada” por las llamas.
Sucedió todo lo contrario con el castro de O Castelo (Valencia do Sil-Vilamartín). “La excavación hizo de cortafuegos. El patrimonio también contribuyó. El incendio se paró en las excavaciones. Lo que no estaba excavado ni limpio ardió”, explicó Tejerizo, director de las excavaciones de este complejo residencial tardorromano, ocupado entre los siglos IV y V.
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