Verín recupera la normalidad tras el apagón

COLEGIOS VACÍOS

Verín recuperó la normalidad tras el apagón, con servicios restableciéndose gradualmente, colegios vacíos y anécdotas como cafés servidos al gas que marcaron una jornada tranquila.

Calma en Verín
Calma en Verín | Carlos L Montero

Calma chicha en Verín, que recuperó la luz a las 6:08 horas. El día en la villa transcurre con total normalidad, y las únicas incidencias tienen que ver con las redes de internet y telefonía, que impiden a algunos negocios como operadoras de telefonía, oficinas de viaje o incluso a algunos departamentos del Concello operar con normalidad. Los técnicos informáticos se encuentran restableciendo y reiniciando sistemas.

A nivel lectivo, los centros de infantil a secundaria lucen desiertos, sin actividad docente. La suspensión del transporte escolar vació las aulas, y apenas un puñado de alumnos despistados y de familias necesitadas de conciliación han dejado a sus hijos en los centros.

Los supermercados, que ayer echaron el cierre al mediodía, hoy han reabierto a la hora habitual, y tan solo han sufrido retrasos en la distribución del pescado y la carne, que se demoró cerca de una hora.

La Policía Local no reporta ninguna incidencia grave, y ayer solo se informó de un atropello sin consecuencias. En cuanto a los bomberos, se dio aviso en el momento del apagón de tres casos de personas atrapadas en ascensores. Los efectivos priorizaron el atrapamiento de una mujer embarazada y su marido en la avenida de Laza a las 12:57 horas. Tras rescatarlos, fueron informados de que las otras dos incidencias habían sido ya resueltas por las empresas de los elevadores.

Como nota curiosa, la Praza do Concello vivió ayer en sus terrazas bastante animación. Triunfó sobremanera el Café Viena, ya que Sonia Díaz, la encargada, estuvo elaborando cafés descafeinados espumosos con la cocina de gas, por lo que muchos verinenses amantes del café no se quedaron sin su bebida favorita bien caliente. "Una clienta incluso dejó a su marido en la terraza de al lado y se vino aquí a tomar el café. Serví más que un día normal", comenta Díaz, el día después.

Por la noche se registraron muy pocos desplazamientos en coche ante la ausencia de luz. Los más jóvenes, sin embargo, apuraron al máximo la madrugada y se pudieron ver grupitos que charlaban animadamente, provistos con linternas y frontales, a altas horas de la noche, intuyendo que hoy no tendrían clase.

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