Virginia Maestro, cantante: “Los americanos sureños son como los andaluces, pero con música country”

La artista, conocida por ganar OT en 2008, ofrece un concierto este viernes en Verín

Virginia Maestro.
Virginia Maestro. | Juan Pérez-Fajardo

La cantante jienense Virginia Maestro (Linares, 1982) saltó a la fama tras ganar en 2008 el reality Operación Triunfo. Fue Virginia Labuat antes de recuperar su nombre, pero nunca dejó de ser una gran voz solista y compositora bilingüe que se atreve con el pop, jazz, soul, blues e incluso country.

Esta artista, que como telonera compartió escenario con nombres como Beyoncé, Seal o Jamie Cullum, regresa a Galicia con una minigira en la que actuará este viernes, a las 21,00 horas, en el bar A Morriña de Verín.

Pregunta.Pese a ser una artista joven, se cumplen 30 años desde que compuso su primera canción.

Respuesta.La “culpa” es de mis padres (se ríe). Crecí rodeada de música, con siete años ya cantaba. En mi entorno, mis amigos tocaban todos instrumentos, y cuando descubrí a los Beatles se me abrió un mundo. Comencé a absorber todos los casetes y vinilos que teníamos en casa: el rock and roll de los 50, el jazz de los años 30 y 40… La música ha sido la única constante de mi vida, antes incluso de coger mi primera guitarra. Es el sitio donde más a gusto me siento y más feliz estoy. Una canción te ofrece ese espacio, un universo paralelo en el que las emociones fluyen libremente.

P.¿Qué le diría ahora a la Virginia que ganó OT en 2008?

R.Que se atribuya todo el mérito, porque todo lo que pasó lo hizo ella solita, y nada de lo malo, que lo hubo, fue importante. Recuerdo desde el primer casting en que me descubrió Noemí Galera la ilusión con la que me acostaba cada noche, el miedo que tenía y lo segura que estaba de lo que quería y de que nada me iba a detener. Es vital tener un objetivo al que llegar cada mañana, o de lo contrario nos perdemos.

P.Luego fue Virginia Labuat, por un efímero proyecto musical.

R.La propuesta de Labuat me llegó la noche que salí de la Academia de OT, imagínate dónde estaba mi cabeza (risas). Fue todo muy rápido, una etapa muy intensa en la que pasé de la gira del programa a grabar un disco de la mano de Sony Music. De Labuat pasé al álbum “Dulce Hogar”, que compuse y coproduje, por lo que mi nombre real tenía más sentido. Pero al trasladárselo a la compañía, me convertí en Virginia Labuat. Para cuando la gente por fin se había aprendido ese nombre, publiqué mi primer álbum fuera de Sony y “recuperé” mi apellido.

P.Es una andaluza muy americana, canta en inglés y graba en Nashville, meca del country.

R.Mi lenguaje musical se formó escuchando música inglesa y americana. Hace unos años estuve al borde de dejar la música, estaba muy agotada. Sin embargo, empecé a soñar con cosas que me ilusionaban, como Nashville. Así que me planté allí. Fui varias veces a tocar a sitios muy especiales, como el mítico The Bluebird Cafe, donde empezó Taylor Swift. A raíz de aquello, el productor Colin Linden se puso en contacto conmigo y grabé en su estudio de Tennessee “Del Sur”, un álbum de música sureña en español. Me sentí como en casa, el carácter de la gente del sur de allí es como el de los andaluces, pero con country. Además, son grandes narradores. Recuperé la ilusión de la infancia, cada mañana me despertaba pensando: “No sé qué va a ocurrir hoy, todo puede pasar”. También me decía continuamente: “Esto es como las pelis” (se ríe).

P.Vivió el ocaso del formato físico y el salto al streaming. ¿Valora en estos momentos más el público la música en directo?

R.Sí, experimenté el declive de la venta del formato físico y el paso al digital, a iTunes, que era mucho mejor que las plataformas actuales. Tienen una parte positiva, te escuchan desde cualquier rincón del mundo, y eso puede ser beneficioso para los directos. Pero si no estás en el circuito actual de festivales, es muy complicado. Con las plataformas de streaming, el creador no solo es quien menos recibe, sino que lo que nos llevamos es una cantidad ridícula. Pero está resurgiendo la venta de vinilos, sobre todo en los directos. Es algo curioso, ya que es mi formato favorito y en el que empecé a escuchar música.

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