David Álvarez, el artista de los diseños del Entroido de Viana y Laza

Su referente: Castelao. Su pasión: abocetar elementos con un simple lápiz a los que luego da color con la tecnología. David Álvarez, natural de Viana do Bolo y gran entroideiro, es, sin duda, uno de los protagonistas de la celebración durante esta anualidad. Él es el artífice de los carteles de dos de los Entroidos más destacados y ancestrales de la provincia, el de Viana do Bolo y el de Laza.

Tan solo nueve años tenía la primera vez que se presentó al concurso de su municipio natal, y tras esa, vinieron más. Alguna de las anualidades, sus diseños quedaron en segundo o tercer puesto, y otros, directamente en el cajón. Decidió no presentarlos porque “non estaba totalmente satisfeito coas obras que eu mesmo realizara”, apunta. Y es que, de los cientos de bocetos que elabora en sus ratos libres, sólo salen a la luz los que siente como suyos, aquellos que reflejan verdaderamente su estilo y esencia.

Él lleva ya años realizando ilustraciones del Entroido por encargo y ahora ha cumplido uno de sus objetivos: elaborar la imagen del Entroido vianés. El salón de plenos de la Casa Consistorial acogía la presentación. Junto a David, el edil de Cultura, Marcos Martínez, presumía orgulloso de un diseño que no dejará a nadie indiferente.

La figura del boteiro acompañada de otros elementos de la tradición vianesa como la mula, los lardeiros, los bombos, las aixadas y la deliciosa androlla combinan a la perfección con el estilo y “la manera” de David. “Non son literales, pero recoñécese todo”, explica. Ganar este concurso va más allá del premio económico, y es que asegura que es “un auténtico orgullo” y que siempre tuvo muchas ganas de ser el artífice del cartel entroideiro de su tierra.

La tradición ha estado siempre presente para él, y de hecho, el pasado año cumplió el sueño de vestir el traje de boteiro por primera vez. “Cada vez me gusta máis”, apunta. Tradición y arte van de la mano en las obras de David, un joven de tan solo 27 años que posiblemente, en un futuro no muy lejano, sea reconocido por la perfección de sus obras.