Aldeas de Vilariño de Conso y A Mezquita pasaron la mañana sin luz y siguen sin internet

APAGÓN

El apagón en la comarca de Conso-Frieiras dejó sin luz a varias aldeas hasta media mañana, con internet aún inestable, negocios afectados y una notable respuesta vecinal marcada por la solidaridad y el ingenio.

Casa de Concello A Mezquita.
Casa de Concello A Mezquita. | La Región

Algunos de los núcleos de población de la comarca de Conso-Frieiras fueron los más rezagados en recuperar el suministro eléctrico. Es el caso de varias aldeas de Vilariño de Conso o del concello de A Mezquita al completo, que no volvieron a tener luz en sus hogares hasta bien entrada la media mañana.

No ocurrió lo mismo con el servicio de internet, que aún no ha sido recuperado en su totalidad, y son muchos los que todavía no disponen de conexión, independientemente de la compañía contratada.

Hubo vecinos que no se dieron cuenta del apagón hasta pasadas más de cuatro horas, y otros pensaron que se trataba simplemente de una avería que sería reparada a lo largo del día. Sin embargo, las horas pasaron y, ante el temor de la oscuridad total que traería la noche, muchos se acercaron al comercio local para abastecerse de linternas, velas e incluso pequeños generadores. Una de las ferreterías vianesas agotó sus existencias de estos aparatos y, aun hoy, tras el regreso de la electricidad, muchos vecinos siguen planificando la compra de uno para futuras situaciones similares.

No se ha registrado en la comarca ningún tipo de incidente grave, más allá de la imposibilidad de abrir varios negocios durante la tarde o del complicado funcionamiento de algunas administraciones durante el resto de la mañana desde el inicio del apagón.

La gasolinera de A Gudiña funcionó durante toda la jornada gracias a un generador, lo que permitió que muchos acudieran a este municipio para llenar sus depósitos. Este fue el caso de vecinos de Viana do Bolo, Vilariño de Conso, Trives e incluso Verín.

Ducharse en casa de algún vecino con instalación de gas, compartir churrascadas al atardecer o mantener largas charlas a la luz de las velas acompañadas de un buen juego de cartas son solo algunos ejemplos de que, ante situaciones complejas, el apoyo de quienes están cerca resulta fundamental.

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