Chaguazoso, en Vilariño de Conso, recupera su ancestral trampa de lobos

TRABAJO ARQUEOLÓGICO

El Foxo do Lobo de Chaguazoso, protagonista de multitud de "lendas", pasará por unha intervención para recuperar o seu estado de orixe

Vista aérea del Foxo do Lobo de Chaguazoso, en Vilariño.
Vista aérea del Foxo do Lobo de Chaguazoso, en Vilariño.

La figura del lobo vuelve a reinar de nuevo en el municipio de Vilariño de Conso, y es que este ha decidido limpiar y restaurar una estructura muy peculiar que gira en torno al gran protagonista de multitud de “lendas”, el Foxo do Lobo de Chaguazoso.

“Lévase a cabo unha intervención que permita recuperalo como na súa orixe, e para elo, cóntase cunha empresa de profesionais da arqueoloxía”, señala Melissa Macía, alcaldesa del municipio. Añade además que se instalarán paneles informativos en la ruta existente que recorre las morrenas, el embalse y este lugar, y cuyo origen reside en Chaguazoso.

Situado a unos 1.300 metros de altitud sobre el nivel del mar, este “foxo” se encuentra en un enclave único, rodeado por la Serra do Invernadoiro, la Serra de Queixa y el valle glaciar del río Cenza, además de estar enmarcado en el que es considerado como el pueblo más alto de la comunidad gallega.

Trampa para la caza

Se trata de una estructura en forma de cruz utilizada como trampa para la caza de este animal durante la época medieval, aunque la utilización de algunos de ellos se extendió hasta mediados del siglo XX. Esta trampa permitía frenar los ataques de esta especie al ganado. Así, los vecinos del lugar, y de otras tierras cercanas, acorralaban a los lobos hasta este lugar para “obligarlos” a precipitarse en un profundo hoyo localizado en el centro de la cruz.

El Foxo do Lobo de Chaguazoso no es solamente destacado por su ubicación, sino por encontrarse entre los tres únicos “foxos” en forma de cruz existentes en la Península Ibérica. Actualmente, existen catalogadas más de 200 trampas de esta índole, de diferentes dimensiones y diseños, y la de Chaguazoso, junto al Foxo do Lobo de Entrecabezas, en Viana do Bolo, y el situado en Bande, son únicos por la condición de su trazado.

Tras multitud de décadas, este “foxo” recuperará su esplendor, convirtiéndose en un emplazamiento más de los múltiples que merecen una visita en Vilariño de Conso.

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