Un COB con muchas bajas no puede con el líder en el Pazo (60-74)

PRIMERA FEB

Los ourensanos estuvieron impecables en actitud y juego, pero en los 15 minutos finales se ha quedado sin fuerzas por las bajas

Publicado: 29 mar 2025 - 20:49 Actualizado: 30 mar 2025 - 01:50

Uno de los jugadores del COB encestando un mate
Uno de los jugadores del COB encestando un mate | José Paz

Burgos cuenta esta temporada con dos clubes en la Primera FEB. Uno buenísimo, llamado Tizona, y otro que podría ser el mejor de la competición, San Pablo Burgos. Este último visitó el Pazo Paco Paz como líder de la categoría, bien acompañado por medio centenar de aficionados, demostrando su enorme calidad a pesar de no desarrollar un juego deslumbrante o temible.

Bruno Savignani, entrenador del Burgos, tiene algo más que un buen fondo de armario. Dispone de vestidor y, si hace falta, de almacén. 12 jugadores de primer nivel, con sitio en cualquier otro equipo de primera línea, capaces de compartir el balón y repartirse las tareas sin discutir o protestar. Un lujo.

Contra este rodillo, que aplasta lo que encuentra en su camino, toda ayuda es poca para plantarle cara. Pero Moncho López -por fin en el banquillo después de una sanción de cinco partidos- no pudo contar por lesión con su mejor arma ofensiva, ese Moody capaz de enlazar varios tiros imposibles seguidos. Tampoco con uno de sus jugadores más carismáticos, ese Unai Mendikote que siempre se vacía, aunque en esta ocasión sólo en el baño, víctima de un fuerte virus.

Dos jugadores clave ausentes y uno, Ogunsipe, mermado por otra lesión que obligaba a dosificar su participación. Muchos inconvenientes para competir contra un rival interminable e intratable. Y, pese a todo, el COB lo logró durante 25 minutos.

Gracias a una continua serie de rotaciones. A un gran esfuerzo defensivo, necesario para mitigar los errores iniciales en defensa. Gracias a que Sergio Rodríguez vuelve a ser Sergio Rodríguez, dominando al poste bajo. Gracias a que Krikke vuelve a ser Krikke, anotando desde su rango de tiro. Gracias a que Gill vuelve a intimidar y a recibir buenos pases bajo el aro.

Tras un primer cuarto a tirones y un segundo de plena competencia y mínimas diferencias, el gran mérito del COB fue aguantar e imponer un partido de pocos puntos, 30-33 al descanso, contra un rival que alcanza los 100 casi sin percatarse. Todo ello con un paupérrimo 11 por ciento de acierto en los triples, cediendo ocho rebotes ofensivos y perdonando canastas fáciles. Siendo el más afectado por un arbitraje voluble e incapaz de pasar desapercibido.

Pero en la segunda parte, el San Pablo imprimió esa marcha extra, apremiado por la presión de mantener esa primera plaza de ascenso directo a la ACB. Tras el 42-44 en el minuto 25 con dos tiros libres de Sergio Rodríguez, el Burgos golpeó con un parcial de 0-11. Cremo y Almazán allanaron el camino y Gudmundsson lo asfaltó, con varias canastas seguidas y una celebración hacia el público innecesaria.

En otro momento de la temporada. Con el equipo sano y al completo, es posible que los 12 puntos previos al último cuarto no asustasen a los de Moncho López. Pero en el presente, con una pésima racha de resultados desde el comienzo de 2025, esta diferencia se hizo imposible. El COB llegó exhausto y desmoralizado a los últimos minutos, permitiendo que el Burgos ampliase la ventaja hasta los 21. Por primera vez desde el comienzo de temporada, los aficionados pudieron marcharse antes de tiempo para evitar el atasco, sin miedo a perderse una prórroga o una remontada increíble.

El COB hizo lo que pudo, dada su situación y el calibre del rival. En la actualidad vive del colchón de su excelente comienzo de temporada. Necesita recuperar la salud, la confianza y esa victoria que reafirme, primero, el objetivo de la permanencia y, segundo, la clasificación para la fase de ascenso. El problema es que la próxima semana toca otro potente adversario, el Fuenlabrada en su pabellón. Toca apretar los dientes.

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