DERROTA EN EL PAZO
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El Pazo sigue sin ser mancillado. Tres partidos (dos de Liga y uno de Copa) y tres alegrías. Esta vez ante el Menorca rodeados de disfraces, bailes, banderas, luces y mucho ambiente. La tarde perfecta para decir eso de “yo vuelvo”. Porque el COB, con sus aciertos y sus defectos, venía con ganas de dejarlo todo en la pista. En cuarto y medio, media plantilla ya se había lanzado al suelo a pelear un balón. El esfuerzo no se negocia. Y, claro, la afición lo pone en valor.
Cuando las cosas se ponían más complicadas, allí estaba la grada de animación y los animadores de otras gradas para meterle una dosis de ánimos a los suyos. Eso ayuda a cualquiera, incluso a que Okanu salte un poco más para un tapón cinco estrellas.
Un Halloween o Samaín baloncestístico que sirvió para constatar una vez más que esta Primera FEB tiene un altísimo nivel. En ella, el fortín del Pazo sigue en pie. Nadie lo ha conseguido conquistar. El próximo en intentarlo será el Cartagena, otra vez, el próximo sábado. Habrá menos disfraces, seguro, pero las mismas ganas de dejarse la garganta al rojo vivo animando a los suyos.
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