Gipuzkoa, próximo rival del COB: entre la cal y la arena

La fortaleza del grupo con un verso suelto que ejerciese como estrella. Esa ha sido la fórmula del Gipuzkoa las últimas temporadas para codearse con los nobles de la competición. Nunca en ese primer nivel de favoritos, pero cerca. Llamando a la puerta de la sorpresa que tanto caló el pasado curso con Coruña y Lleida. Una hoja de ruta que ha tratado de repetir el cuadro vasco, rival este sábado del COB en el Pazo. Pero con un matiz: han tenido que hacerlo tras perder a sus tres referentes principales de la pasada campaña.

Así que los de Mikel Odriozola están buscando su identidad. Les está costando. Perdieron los dos primeros encuentros ligueros, ante el Betis en casa y en Palencia. Pero llegarán a Ourense con dos triunfos seguidos como locales, contra Menorca y Morón. Victorias de trinchera, esto es, pocos puntos, partidos cerrados y maquinaria pesada para sacarlos adelante. Porque el ritmo que prefiere el Gipuzkoa tiene poco que ver con el ritmo que propone el COB y ahí estará una de las claves del encuentro de mañana.

Con el adiós veraniego de Xabi Oroz, Alex Barcello e Iván Aurrecoechea, los de San Sebastián han tenido que fichar puntos y poder ofensivo. Miraron al otro lado del charco para sumar a Xavier Johnson, el quinto máximo anotador de la NCCA que da el salto al profesionalismo. Talento y explosividad que todavía no ha explotado.

Dentro y fuera

Para la línea exterior llegó Mateo Díaz, director de juego con juventud, sí, pero experiencia suficiente en la competición. De descaro sabe también Isaac Mayo, que da el salto desde la antigua Plata para amenazar desde fuera. Melones por abrir son el eslovaco Mokran (que podría estar en el España-Eslovaquia de Ourense) o el altísimo Pape Bocar, de 2,11 metros.

Luego, los clásicos con el ADN del baloncesto vasco grabado a fuego. Un recuperado Zubizarreta, un Ansorregui que quiere dar un paso adelante o un madrileño “asimilado” como Ander Martínez que ha comenzado bien, sin olvidar al lesionado Motos. Entre los renovados, Stürup y Vrankic tienen peso específico, mientras que Lepichev ha llegado sobre la marcha por la lesión de rodilla de Nicolau.

Un equipo que no ha superado los 70 puntos en ningún partido de liga pondrá a prueba el estado de felicidad de un COB que se ha acostumbrado a anotar. Dos mundos frente a frente.