¿Hamlet o el COB en el Pazo?

El invierno siempre es crudo. El COB atraviesa una mala racha de resultados, ayer agravado por un mal juego contra un serio y estratégico Menorca. Fuese por el exceso de ganas, por agradar a un Pazo con una magnífica entrada o por el parón de dos semanas sin competición, el caso es que los de Moncho López apenas pudieron imponer su ritmo durante el partido.

El Menorca es un rival de la zona media de la liga. De esos marcados como “ganables” para aspirar a lograr pronto la permanencia y soñar con la fase de ascenso. Se presentó con dos “ex” -Figueras y Molins- y una táctica muy clara. Frenar el ritmo cobista y su ataque.

Lo logró con una defensa zonal 2-3. Presionando desde campo contrario o esperando al COB en el suyo. Una táctica que los locales nunca supieron afrontar.

En parte por las dudas de un equipo hamletiano. ¿Pasar o botar? ¿Lanzar desde el exterior o buscar el pase al interior? ¿Atacar con un bloqueo en la bombilla o comenzar en las esquinas? La duda se convirtió en un problema y el problema en una enfermedad crónica durante el partido.

No fue repentino. El COB comenzó irregular y mejoró con los refuerzos del banquillo. El fusil de Moody podría ser una opción para atacar la zona balear -un triple suyo adelantó 19-11 a su equipo- pero dos faltas perfectamente prescindibles obligaron a sentarle en el banquillo. Errores que el estadounidense debe mejorar por su bien y el del colectivo.

Sin acierto exterior. Sin buena dirección -Lisboa y López se alternaron como bases sin mejoría- y con un paupérrimo acierto en los pocos balones cercanos al aro, el COB vio impotente como el Menorca le adelantó el marcador en el segundo cuarto (21-24, minuto 11) gracias a su defensa y el acierto exterior (6 de 13 en triples).

La cosa empeoró en el tercero. Incluso con defensa individual por parte del rival, los de Moncho López aparentaban jugar fuera del Pazo. Quizá en las pistas de Manzaneda. Con niebla en la cabeza y escarcha en los pies. Un triple de Alderete en el minuto 26 subió la diferencia a 10 puntos. Arteaga llegó a aumentarla a 11 (49-60) al final del tercer cuarto. El COB ya contaba 12 pérdidas de balón, algunas absurdas.

En momentos de ansiedad y frustración, no queda otra que recurrir a La Legión. Moncho López tocó la corneta. Dieron un paso al frente los de siempre: Mendikote, a pecho descubierto; Brito, dispuesto a escarbar entre la basura por una pelota; Krikke y Gill, quienes se apuntan a un bombardeo.

Y la cabra. Que en el COB no puede ser otro que Javi López. El base canario, pese a estar mermado por problemas físicos, es el único capaz de enloquecer un partido y cambiar radicalmente su escenario. Gracias a sus 10 puntos, varias asistencias, defensa contagiosa y ambición, el COB remontó 12 puntos y se adelantó por dos (73-72, minuto 38). Inquietando, una vez más, al departamento de ingresos de cardiología del CHUO.

El “chou” de Javi López devolvió la fe a un Pazo enloquecido. Pero la factura física hizo mella en su última penetración a canasta. Un error, a falta de 30 segundos, que el habilidoso base Jalen Cone castigó en campo ourensano. 77-79, y poco más de 4 segundos de margen.

Con la presión por empatar o ganar, el COB fue incapaz de sacar de banda en su turno. Fue quizá la descripción de su pésima tarde en el aspecto táctico. Ni entrenador ni jugadores encontraron solución a la defensa menorquina. Ivanovic sentenció con dos tiros libres.

Derrota, quizá inesperada. Quizá necesaria para recordar a los cobistas que, para tutear a los grandes primero hay que ganar a los de “su” liga. El Zamora, próximo sábado, es otro partido de esos.