Una vida de perros

Ya no sé ni en que día estamos, mucho menos el mes y hay veces que dudo del año. Ah, y eso de los días de la semana es algo que pasó a mejor vida para mí. Desde que empezó todo esto de estar en casa, el tiempo lo mido basándome en la comida. Los días se dividen en; antes de comer y después de comer. Por ejemplo, ahora estoy escribiendo esta columna después de comer, así de fácil.

También me he percatado de que, antes de comer hace más calor en un lado de la casa pero que luego, tras alimentarme, va bajando la temperatura en ese mismo sitio y se traslada a otras habitaciones. Podría también medirlo así, pero se me chafa cuando llueve.

Releyendo lo que he escrito, me estoy dando cuenta de que tengo la vida de un perrillo chico. Si a lo de la comida, le sumas que mi hija me saca a pasear dos veces al día, sólo me falta echar una meadita en cada árbol del camino para bordarlo. Ojo, que hay veces que nos inventamos unos juegos que… Tengo la impresión de que ella también se ha dado cuenta de lo que les estoy contando. Ya les aviso si un día me echa un palo al aire.

Lo que tendría que estar haciendo ahora es preparar la próxima temporada. Debería estar inmerso en el trabajo que los americanos remarcan como fundamental y dónde ellos dicen que se ganan las ligas.

Ahora es el momento de pensar en la estructura de la plantilla del 2020/21, pensar a quiénes renovar y, lógicamente, saber cuántos de esos querrían seguir. Después tocaría el visionado de jugadores desconocidos, que provienen de ligas europeas o del baloncesto universitario americano. Esto hay que mezclarlo con los primeros contactos con agentes de jugadores que han jugado en tu competición y que, por una cosa u otra, pienses que pueden encajar en tu filosofía.

Pero todo esto que comento es imposible actualmente ya que estamos en un momento de tanta incertidumbre que, a día de hoy, no sabemos ni cómo va a ser la próxima liga. Ahora mismo se desconocen fechas, formato, número de equipos, obligaciones y precio de la competición. Y no se extrañen si luego, cuando todo esto se conozca, haya una espantada de equipos por no tener apoyos para poder cumplir con las exigencias.

Por lo tanto, esperemos que en menos de "siete días antes de comer" sepamos algo más y pueda dejar de perrear.