ENTREVISTA

Primitivo Ferro: "Apoyaremos inversiones en Colombia"

Entrevista a Primitivo Ferro para suplemento Euro
25-5-17
photo_camera Primitivo Ferro.

Primitivo Ferro Ribadulla gestiona el despacho ourensano que lleva su primer apellido. Desde el mercado local lidera un proyecto internacional que pasa por abrir en septiembre un bufete en Colombia, un país que conoce bien y al que quiere acompañar a empresas e inversores en un mercado con un gran recorrido y retorno económico garantizado.

Además, es un celtista convencido, uno de los cinco consejeros del club, del que habla con pasión y al que ve como una empresa muy bien gestionada.

¿Por qué Colombia?  

Para mí es el país más interesante para la inversión extranjera. Cualquier persona que vaya allí del ámbito empresarial se da cuenta de esto. Es un país cuyo problema fundamental era la guerra, que sí o sí tiene un proceso de paz que no tiene vuelta atrás. Es un país de crecimiento continuo, con estabilidad política. No es un país donde haya un partido que si gana las elecciones le dé la vuelta al sistema. Hay contienda política dura pero con una idea política y económica similar. Es un país con una altísima seguridad jurídica para lo que es el mundo hispanoamericano, es un país que funciona, que tiene centros comerciales llenos, con una tasa de desempleo baja. 

¿Por qué un despacho ourensano allí?  

La abogacía ya no es lo que era cuando empecé. Entonces un abogado resolvía todos los casos que se pusieran por delante. Hoy es imposible. ¿El despacho local se puede defender? Sí, pero la abogacía tiene también un elemento empresarial importante. Tienes que dar el mejor servicio al mejor precio. En esa dimensión pensar solo en quedarse en un sitio solo es un error. Nos acabamos de integrar en la red internacional que se llama Lex Union y esa es la línea que hay que trabajar.

¿Quieren ser la cabeza de puente de inversores y empresas en el país? 

Así es. Vamos a estar en Bogotá, una ciudad con diez millones de habitantes, que maneja el 50% del Producto Interior Bruto del país. Queremos ser la cabeza de puente de inversores, sobre todo gallegos, pero también españoles. La consultora con la que colaboramos es receptora de empresarios europeos que necesitan apoyo de entrada allí. Al cliente extranjero, digamos español, le gusta tener el mismo idioma obviamente desde el punto de vista lingüístico, pero también de decir y entender las cosas.

¿Detecta mucho interés en empresas gallegas para abrir ese mercado?  

El interés es obvio. La crisis europea ha hecho que los empresarios busquen otros mercados. Yo allí me he encontrado con un montón de empresarios gallegos y españoles. Colombia es un gran país para invertir pero tienes que saber llamar a la puerta adecuada y creo que ahí nosotros podemos hacer una gran labor. Lo que sí es verdad es que hay una cierta desconfianza del empresario español cuando va allá y también del sector económico colombiano sobre el español o europeo que le llega. Una vez que se produce esa conexión de confianza los negocios allí tienen unas tasas de rentabilidad que son desconocidas en Europa y el colombiano es muy buen pagador.

Qué sectores son los que pueden tener especial acomodo allí? 

En estos momentos Colombia está abierta a cualquier negocio que vaya con un proyecto serio. Hay sectores muy maduros donde va a ser más difícil entrar, como por ejemplo centros comerciales, pero hay otros con gran oportunidad como la construcción. Hay muchas oportunidades, insisto, siempre bajo un proyecto serio. 

El que Coren sea uno de sus principales clientes significa que les va a llevar allí? 

Esa es una decisión que deben tomar ellos. En todo caso, el mercado latinoamericano para productos frescos es difícil porque el precio de coste de producción de un pollo allí es mucho más barato que el de aquí. El sector primario es difícil allí salvo que decidas instalarte allí para producir. De todas formas, Coren ya vende allí en el sector conservas.

Usted está en varios frentes, uno de ellos el fútbol como consejero del Celta. ¿Por qué llega al consejo? 

Yo soy muy del Celta y estoy ahí porque me lo pide el presidente Carlos Mouriño. Cuando llega al club y quiere hacer un proyecto se rodea de lo que él considera gente que podría dar un concepto profesional pero también territorial. En Ourense interviene Coren y me propone. Cuando me llama y me dice si quiero ser consejero lo primero que me viene a la memoria es cuando yo era niño e iba de la mano de mi padre a Balaidos. No pude decir que no y te diré que ahora después de once años que llevamos ahí siempre utilicé la frase de Albert Camus de que todo lo que había aprendido relevante en la vida lo había aprendido en el fútbol. Le he encontrado sentido a esa expresión. Hemos vivido momentos muy duros porque cuando entramos había una deuda de 85 millones de euros y los cuatro primeros años fueron dificilísimos, pero desde entonces no hacemos más que disfrutar. Creo que el Celta es el más fuerte, no tiene deudas, es de los más solventes de Europa, etc.

¿Tiene un equipo de fútbol que tener una base sólida como empresa y como entidad administrativa?  

Absolutamente. Cuando llegamos se nos acusó que no éramos hombres de futbol. Los que allí estamos sabemos que el fútbol tiene un elemento aleatorio de azar que no lo tiene una actividad profesional corriente. Es cierto que el Celta no está en la final de la Europa League porque en el último segundo el azar lo impide. Lo que no me cabe ninguna duda es que para llegar ahí ha tenido que haber una estructura seria y profesionalizada. Los clubes tenemos que buscar la máxima profesionalización para que al final dentro del azar la pelotita ocupe el lugar lo menos importante posible. 

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