Augusto Sola enseña a 100 pediatras españoles a escuchar a los bebés

Augusto Sola y Javier Casares. (Foto: Rosa Veiga)
El presidente de la Sociedad Iberoamericana de Neonatología, Augusto Sola, enseña a cien pediatras procedentes de diversos puntos de España a aprender de los errores cometidos en los cuidados intensivos de los recién nacidos y a ‘escucharles desde su nacimiento’.
Sola es el ponente único de los Segundos Diálogos de Neonatología que reúnen en Ourense a pediatras y enfermeras de toda España y fue también el fundador de la neonatología en Argentina.

Según explicó se formó en Estados Unidos en varios hospitales especializados y ahora dirige el servicio de Investigación Neonatal y de Asuntos Académicos del Memorial Hospital en Morristown, en Nueva Jersey, pero destacó el hecho de que a su experiencia se le unió hace 13 años la ‘triste’ circunstancia de ser abuelo de tres bebés gravemente enfermos.

En sesiones ‘maratonianas’ de cinco conferencias diarias, Sola explicará a los médicos y enfermeras llegados hoy a Ourense que lo primero que deben hacer en las unidades de cuidados intensivos de pediatría ‘es escuchar al recién nacido y le oirán decir que lo primero y fundamental es que tengan en cuenta a sus padres’.

En ese sentido, Sola es considerado el impulsor de la humanización de numerosos servicios de Neonatología hospitalaria pues promueve la presencia continua de los padres ‘no como meras visitas en cuidados intensivos, sino como actores principales junto con médicos y enfermeras’, agregó.

También abogó por una reflexión en cada trabajador sanitario de pediatría para cambiar actuaciones puntuales y superar errores ‘como el más habitual de hablar con los padres usando palabras neutras como bebé y criatura para hablar de su hijo, simplemente porque no fuimos capaces de aprender su nombre o ni siquiera conocemos su sexo’, continuó.

‘No podemos seguir por este camino ni en este siglo ni en el futuro inmediato y es urgente que nos demos cuenta de estos errores y de otros vinculados al abuso de la tecnología pues las malas prácticas médicas generan daños irreversibles que podrían haberse evitado’.

Desde el punto de vista ‘estrictamente médico’ también hay conductas equivocadas como la de ‘mirar sólo la resolución rápida’ del problema de un recién nacido sin pensar en las consecuencias a largo plazo y como ejemplo aludió al uso de corticoides ‘aplicado cada vez de forma más amplia’ para reducir el uso de la respiración artificial en prematuros.

Según Sola, está probado que los corticoides impactan sobre el desarrollo cerebral ‘y niños que sufren parálisis cerebral después de sus primeros días en cuidados intensivos podrían no sufrirla si les evitásemos estas terapéuticas rápidas’.

Recordó también que la situación de los recién nacidos varía ‘totalmente’ de unos países a otros y se refirió a España para recordar que la tasa de mortalidad infantil es de las mejores del mundo ‘pues se resuelven muchos problemas en los niños antes de que enfermen en sus primeros 28 días de vida que son los que arrojan un mayor riesgo de mortalidad en toda su vida’.

Explicó que ‘humanizar’ no consiste en que todas las mujeres puedan parir en sus casas ‘aunque posiblemente el 80 por ciento de ellas podrían hacerlo sin problemas’, sino en aplicar la idea de que ‘cada bebé es un bebé’, es decir, ‘no universalizar y estudiar antes de un tratamiento, si realmente es necesario’.

Sola conoce directamente la atención hospitalario de los recién nacidos en países del ámbito latinoamericano y dijo que frente al acceso masivo de las mujeres al sistema sanitario para prevenir problemas, como ocurre en España, países como Bolivia, Perú y Paraguay cuentan con muchos recién nacidos ‘que podrían estar vivos o sin grandes secuelas porque su enfermedad podría tratarse’.

En ese sentido, dijo que hay que reducir ‘la gran brecha’ que existe entre lo que se sabe en el ámbito médico, lo que se puede hacer y lo que finalmente reciben los recién nacidos ‘y esto es algo muy variable en cada lugar pues incluso en algunas zonas de México, Venezuela y Argentina se registran tasas de muerte neonatal muy altas’.

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