La psiquiatría que soñó Concepción Arenal

photo_camera El psiquiátrico de Toén estuvo vigilado hasta dos años después de su cierre.

La gran diferencia con respecto a tiempos más remotos de Toén estriba en que “hoy hay muchos pacientes a los que se les da el alta, hoy hay altas. Incluso la hospitalización larga no supera los dos o tres años”, explica el responsable de Psiquiatría del CHUO

Mucho antes de la regulación psiquiátrica de finales de los 80, las voces de algunos intelectuales habían comenzado a pedir un cambio en el modelo. Una de las más autorizadas fue la de Concepción Arenal que, no por casualidad, hoy goza de una bella estatua frente al Palacio de Justicia. Rompía el sopor sanitario de la época con una dura reflexión sobre el tiempo en que la locura era dependencia exclusiva del rural; los locos, lejos de las ciudades, como los leprosos. “Solía haber en los hospitales un departamento”, escribió en 1861, “y en algunas poblaciones casas exclusivamente destinadas a recibir a estos desdichados; pero, de cualquier modo que fuese, el método curativo era el mismo, y el temo el único medio que se empleaba para volverlos a la razón”. Así, prosigue, “el monomaníaco se volvía loco, el loco tranquilo se hacía furioso, y el furioso sucumbía”.  “Aquellas jaulas inmundas”, añadía la escritora, “aquellos lechos de paja medio podrida, aquellos hombres demacrados y desnudos, aquellas voces desacordes, expresión terrible de un dolor sin nombre, aquellas miradas siniestras, extraviadas”. 

En opinión de David Simón, la descripción que ofrece la escritora ferrolana podría encajar perfectamente con lo que 30 años más tarde aún se vivía en las celdas para dementes del Hospital de As Mercedes de Ourense.  
Tanto David Simón como Luis Docasar coinciden en resaltar la importancia que más tarde tuvo "la figura de Cabaleiro Goás". "El Hospital de Toén consigue prestigio internacional en los años 60 y 70, gracias al buen hacer de Cabaleiro Goás, quien lo dirige desde su apertura hasta que fallece en 1977", afirma Simón. "Hasta mediados de los 70, el enfoque terapéutico y asistencia de Toén no se diferenciaba mucho de otros hospitales gallegos y del resto del Estado: celdas, electroshocks, inyecciones de aguarrás...", detalla, recordando que "en 1972, con el apoyo de Cabaleiro, nuevas generaciones de psiquiatras introducen la Sectorización y se revoluciona la Asistencia Psquiátrica rural del momento mediante equipos que se desplazan a consultar a las cabeceras de las comarcas". 

Más de cuatro décadas después, el objetivo de la atención sanitaria psiquiátrica es que "haya el mayor enlace posible entre los pacientes y la red social de servicios comunitarios y rehabilitación", explica el responsable de Psiquiatría del CHUO, que asegura que quizá la gran diferencia con respecto a tiempos más remotos de Toén estriba en que “hoy hay muchos pacientes a los que se les da el alta, hoy hay altas. Incluso la hospitalización larga no supera los dos o tres años”. Y sin embargo, sigue habiendo retos, el más urgente:  “hacer más accesible la atención psiquiátrica”. n

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