RáPIDA PROPAGACIóN

La avispilla de los castaños amenaza los sotos de O Barco

La aparición del insecto en los árboles de Soulecín preocupa a los productores de castañas 

La avispilla del castaño (denominada Dryocosmus kuriphilus) ya está en Valdeorras. Varias hojas con larvas del insecto comenzaron a circular entre los productores de castañas para que puedan reconocerla y combatirla. Fueron localizadas en los sotos próximos a Soulecín (O Barco), aunque su rápida propagación -cada hembra puede poner hasta 100 huevos-, hace pensar en que su presencia será pronto común en toda la comarca.

El insecto deposita las larvas en las yemas y hojas, que sufren un engrosamiento, llamado agalla. Este impide la fotosíntesis y que salgan flores y frutos, pudiendo causar la muerte del castaño, según aseguró la Estación Fitopatolóxica de Areeiro.

Carlos Moral Corzo comenzó a comercializar castañas en 1998. Tiene su empresa en Viloira, a escasos dos kilómetros de Soulecín. En la tarde de ayer, aún desconocía que la avispilla del castaño fuese avistada tan cerca. "Oí que había en la comarca del Bierzo. Es un problema muy grande, sobre todo dentro de uno o dos años", dijo.

El empresario recordó que el insecto provocó una merma del 80 % de la producción de castaña en Italia. Su casi desaparición del mercado benefició a los comercializadores gallegos, que no tuvieron problemas para vender la suya. "Los italianos tenían poca cosecha y salía toda la castaña", explicó.

El presidente de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) Castaña de Galicia, Jesús Quintá García, confirmó que la castaña gallega sustituyó a la italiana en el mercado internacional. Sin embargo, no mostró demasiado entusiasmo por esta situación, consciente de que Italia, antes o después, iba a solucionar el problema creado por la avispilla. Ayer, comentó que los productores italianos ya lo resolvieron. "En Italia acabou co 80 % da colleita, pero agora está revertindo o asunto", dijo. Ahora, es Galicia la que se enfrenta a la merma.

"No hay peor cuña que la de la misma madera", reza el dicho popular. Encaja perfectamente con el problema creado por la avispilla. Pedro Mansilla Vázquez, director de la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, perteneciente a la Diputación de Pontevedra, comprobó que solo otro insecto, el Torymus sinensis, es capaz de acabar con la Dryocosmus kariphilus. "Es una avispilla y la única que controla a la otra", explicó. Los primeros ejemplares llegados a Galicia fueron detectados hace dos meses, en castaños de Lugo y Amoeiro. En ese mismo momento, Areeiro se puso manos a la obra. Cinco de sus 50 investigadores se centraron en la cría del parásito que acabará con la plaga y, "si todo va bien, podemos tener el numero suficiente de parásitos dentro de dos campañas", según dijo el jefe del servicio.

En la Consellería do Medio Rural e do Mar también saltaron las alarmas con los primeros casos. El Gabinete de Comunicación explicó ayer que la existencia del insecto fue declarada al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama). Confirmó que la lucha biológica con Torymus sinensis es la única solución y que Medio Rural "está confeccionando o plan de loita".

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